Bolivia: Ni elecciones ni sucesión, gobierno revolucionario

08/06/2005

Mineros se pronuncian por el poder obrero-campesino

La renuncia de Mesa no aplaca la lucha popular. Tampoco el plan de la Iglesia para desarmar la rebelià³n y llamar a elecciones. La COB, los mineros y los sectores movilizados no quieren a otro neoliberal en Palacio y avanzan en la construccià³n del poder popular y revolucionario. Miles de campesinos y mineros llegan a La Paz a reforzar la lucha del pueblo

Redaccià³n de Econoticiasbolivia

La Paz, junio 7, 2005.- Ni elecciones ni sucesià³n constitucional. La única salida de fondo a la profunda crisis y a favor de los más pobres es la toma del poder por obreros, campesinos y clases medias empobrecidas, asegurà³ anoche la Federacià³n de Mineros, la vanguardia revolucionaria del rebelde pueblo de Bolivia.

"Estamos seguros que nuestra lucha actual junto a millares de bolivianos conducirá a cambios estructurales y, ante el vacà­o de poder, los sectores movilizados debemos discutir e imponer el gobierno popular y revolucionario que debe sustituir al (renunciante presidente Carlos) Mesa", señala un comunicado emitido en las últimas horas por la direccià³n del proletariado minero, que tiene enorme influencia polà­tica e ideolà³gica en todos los sectores que virtualmente se han apoderado de las ciudades de La Paz y El Alto.

Tras que el presidente Mesa presentara anoche su renuncia a consideracià³n del Congreso y diera cuerpo a la cruzada nacional en la que está empeñada la Iglesia Catà³lica, para apagar la insurgencia popular y unir a todos los poderes público en torno a la convocatoria a nuevas elecciones antes de fin de año, los sindicatos y organizaciones sociales y populares dejaron ya en claro que no levantarán las manifestaciones ni la presià³n por la nacionalizacià³n de los hidrocarburos.

"Con las elecciones, la clase dominante quiere evadir la demanda del pueblo para nacionalizar los hidrocarburos", advirtià³ Miguel Zubieta, ejecutivo de la Federacià³n de Mineros.

LÍNEA REVOLUCIONARIA

A su turno, los dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB), de la Central Obrera Regional de El Alto, de la Federacià³n de Juntas Vecinales de El Alto y todas las organizaciones que luchan para recuperar los más de cien mil millones de dà³lares que están en manos de las transnacionales, ratificaron que el adelantamiento de las elecciones no resuelve nada y se pronunciaron, con algunos matices, a favor de la là­nea revolucionaria planteada por la Federacià³n de Mineros.

Ayer, en horas de la noche, un ampliado de la COB determinà³ conformar el "Comando Revolucionario del Pueblo", que tendrá la misià³n de comenzar a articular a los sindicatos, organizaciones populares y sectores polà­ticos y gremiales en torno a una estrategia de poder de obreros, campesinos y clases medias empobrecidas.

"Debemos convocar a los movimientos combatientes a ser parte de la Gran Asamblea Popular Nacional que desplace al actual Parlamento corrupto y neoliberal", señala el documento de la Federacià³n de Mineros, avalado por un imponente Cabildo Abierto, celebrado este lunes en el centro de la sede de gobierno y que convocà³ a por lo menos 400 mil trabajadores y vecinos del campo y las ciudades de las ciudades de La Paz y El Alto.

MÍS PRESIÓN SOCIAL

El ampliado de la COB determinà³ tambià©n, antes de oficializarse la renuncia de Mesa, no asistir al diálogo propiciado por la Iglesia, que busca afanosamente desarmar la protesta y alinearlos en torno a las elecciones. Los cobistas decretaron, por el contrario, agigantar las movilizaciones por gas, petrà³leo y revolucià³n. El llamado tuvo eco inmediato en miles de campesinos de las provincias de La Paz y miles de mineros asalariados y cooperativistas que ya han arribado a la ciudad, al son de dinamitas.

En el centro de la ciudad, ya los esperan otros miles de manifestantes de otros sectores como maestros urbanos y rurales, universitarios, trabajadores y vecinos de varios barrios de La Paz y El Alto, ciudades paralizadas, sin transporte ni alimentos y cercada por bloqueos, que se extienden a lo largo y ancho del territorio nacional.

Los reportes oficiales del Servicio Nacional de Caminos dan cuenta que existe 61 puntos de bloqueo y que están totalmente cortadas las principales carreteras de ocho de los nueve departamentos de Bolivia. Las manifestaciones a favor de la nacionalizacià³n sacuden ya a seis de las diez grandes ciudades del paà­s y ya hay varios pozos petroleros tomados por campesinos e indà­genas.

EVO, EL ELECTORERO

En el campo popular, sà³lo los sectores de campesinos, cocaleros y colonizadores vinculados al Movimiento al Socialismo (MAS), del diputado Evo Morales, apoyaron la realizacià³n de elecciones, aunque supeditada a la renuncia simultánea de los presidentes de la Cámaras de Diputados y de Senadores, vinculados al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, derrocado en octubre del 2003 por una insurreccià³n popular.

Según el planteamiento de Morales y el MAS, el Congreso deberà­a aceptar la renuncia de Mesa y ungir como nuevo Presidente al primer hombre del Poder Judicial, el abogado Eduardo Rodrà­guez, que tendrà­a la misià³n de convocar a nuevas elecciones. Este tambià©n es el plan de la Iglesia Catà³lica, desarrollado desde el fin de semana y que contarà­a con el aval de los partidos neoliberales que sustentan a los presidentes de Diputados y Senadores que renunciarà­an a suceder en el cargo a Mesa, tal como los faculta la Constitucià³n Polà­tica del Estado.

A ESPALDAS DEL PUEBLO

"La Federacià³n de Mineros advierte que no permitirá que se negocie a espaldas del pueblo como está sucediendo en Santa Cruz ante llamado de la Iglesia. No puede ser que Hormando Vaca Diez, Presidente del Congreso, Mario Cossà­o, Presidente de diputados, Eduardo Rodrà­guez, Presidente de la Corte Suprema y Carlos Mesa definan el movimiento gigantesco de masas a lo largo y ancho de Bolivia. Estos personajes no hicieron nada en sus funciones en sus respectivos Poderes y ahora, ante la convulsià³n desatada por la pobreza y desempleo, pretenden ante el Cardenal (y la Iglesia) dar soluciones sin contemplar el pedido central de los movilizados: nacionalizacià³n de los hidrocarburos", dice el comunicado.

Según el análisis de los mineros, "el adelanto de las elecciones nacionales es una figura por demás superficial y temporal. El sistema democrático vigente ha degenerado y está colapsado porque no defiende para nada los intereses de las mayorà­as que fueron las que lograron arrebatar a las dictaduras la ansiada democracia. Hoy se ha convertido en la sustentadora de un sistema oprobioso, injusto, prebendalista, y tremendamente discriminador".

"Elecciones dentro de ese marco sà³lo significa que se mantengan los eternos dueños del paà­s, los que tienen los recursos para manejar los medios y en fin, para perpetuar la injusticia del sistema imperante. En concreto, es una maniobra para evitar llevar adelante la gran medida que proclaman las masas: nacionalizacià³n", agrega.

Las crà­ticas contra el Presidente saliente, que se mantendrá en el cargo hasta que haya una decisià³n expresa del Congreso, son tambià©n directas. "Carlos Mesa es el nefasto personaje, culpable del futuro desangramiento del paà­s. Con el engañoso pretexto de no tener muertos en su gobierno arma a los grupos fascistas y paramilitares para ocasionar una guerra civil que está a punto de producirse. Denunciamos ante el mundo que este gobernante, vendido vergonzosamente a las petroleras, es el promotor del enfrentamiento regional, bajo el argumento falso de las autonomà­as. Esta bandera es impulsada y manejada por las trasnacionales como otra forma de eludir el tema central de la nacionalizacià³n", agrega el documento de la Federacià³n de Mineros, que cree que "ha llegado el momento del gran salto cualitativo y revolucionario encarnado en la gran consigna de nacionalizacià³n de hidrocarburos".