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Al XIII Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes

12. December 2002

de Mario Rivera Ortiz, Mà©xico

Al XIII Congreso Latinoamericano
y Caribeño de Estudiantes
Guadalajara, Jalisco
Universidad de Guadalajara.

Atento memorandum:
Hace algunos dà­as conocà­ la convocatoria para la realizacià³n del XIII Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes que se realizará en la Ciudad de Guadalajara, Jalisco, los dà­as del 28 de noviembre al 2 de diciembre de 2002. Reciba la OCLAE en su conjunto mi calurosa felicitacià³n por el seguro à©xito que alcanzarán su reunià³n y las tareas que de ella deriven. Pero, además, con este atento memorandum deseo recordar algunos hechos relevantes de la larga historia del movimiento estudiantil jalisciense y hacer algunas consideraciones relacionadas con ellos. Quizá este documento será de alguna utilidad para comprender mejor el escenario en el que se desarrollará el congreso mencionado.
1.Durante la segunda dà©cada del siglo XX se multiplicaron los clubes, los congresos y los cà­rculos estudiantiles con actividades literarias y culturales y gran presencia social en el estado de Jalisco. Despuà©s de la invasià³n de Mà©xico por el ejà©rcito del general John J. Pershing, en el año de 1916, el Congreso Local Estudiantil de Guadalajara luchà³ por la expulsià³n de las tropas estadounidenses del territorio nacional y por la neutralidad de Mà©xico en la Primera Guerra Mundial. El Congreso ya se esforzaba desde entonces por unificar a todos los estudiantes del paà­s y de Amà©rica Latina bajo las banderas de las libertades democráticas de la Constitucià³n de 1917 y el mensaje bolivariano de la “patria grande” . Luego llegà³ de Cà³rdoba, Argentina, en 1918, el “espà­ritu nuevo” con sus “esperanzas mesiánicas, sentimientos revolucionarios y pasiones mà­sticas” que expresaban formas embrionarias de una nueva conciencia social de la juventud universitaria en aquel tiempo de posguerra.
2. En la primavera de 1924 el peruano Raúl Haya de la Torre hizo viaje especial a la Ciudad de Mà©xico para, desde la Escuela Nacional Preparatoria, obsequiar el programa de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) que postulaba la unidad polà­tica de Amà©rica Latina, la lucha antiimperialista, la nacionalizacià³n de las tierras e industrias, la internacionalizacià³n del Canal de Panamá y la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo. El aprismo era un movimiento nacional-populista que desdeñaba la idea del partido polà­tico y proponà­a el frente único dirigido por la burguesà­a nacional.
3. A principios de los treinta el prestigio de los caudillos que condujeron la Revolucià³n Mexicana (1910-17) habà­a venido a menos de manera dramática. El incumplimiento de las promesas democráticas que ofrecieron a las masas durante la guerra civil era un hecho de la vida real. Los derechos del Trabajo y la Reforma Agraria, aun ya escritos en la Constitucià³n, pasaron a ser letra muerta para el Estado posrevolucionario. En lugar de su debido cumplimiento los gobiernos de Plutarco Elà­as Calles, Emilio Portes Gil y Ortiz Rubio, desataron una sangrienta represià³n en todo el paà­s. Basta hojear la coleccià³n del perià³dico El Machete para verificar la estela de crà­menes que cometieron esos gobiernos contra los obreros, los campesinos y los dirigentes polà­ticos de todos los signos con el fin de parar su propia revolucià³n. En el año de 1933 habà­a indicios claros de que las masas volverà­an a tomar las armas para hacer cumplir el programa revolucionario. En tales condiciones, agudizadas por la gran crisis econà³mica del 29 y el progreso del socialismo en la ex Unià³n Sovià©tica, la burguesà­a mexicana se vio obligada a reformular su polà­tica frente a las masas, con la intencià³n de recomponer y fortalecer su Estado polà­tico. Parte de la nueva oferta polà­tica e ideolà³gica quedà³ plasmada en el llamado “plan sexenal” y otros documentos suscritos por el grupo polà­tico que encabezaba el general Lázaro Cárdenas. Se trataba, en esencia, de un paquete nacional-revolucionario con algunos elementos socialistas.
4. En este escenario social aparecieron por primera vez en la Escuela Preparatoria de Jalisco y en la Escuela Normal, cà­rculos de estudios marxistas formados por estudiantes y profesores, quienes por su propia y libre iniciativa abrazaron dicha opcià³n ideolà³gica “desde abajo”. Poco tiempo despuà©s, estos cà­rculos convergieron y se fusionaron en el Centro de Estudios Sociales y Econà³micos, cuya actividad le arraigà³ profundamente en la base estudiantil, de manera que cuando se llevà³ a cabo el Primer Congreso Nacional de Estudiantes Socialistas en Puerto Obregà³n, Tabasco, el 28 de julio de 1934, pudo participar en la direccià³n de ese evento. De las deliberaciones de ese congreso salià³ la Confederacià³n de Estudiantes Socialistas de Mà©xico (CESM), uno de cuyos comità©s estatales fue, desde el principio, el Centro de Estudios mencionado.
Empero el socialismo marxista leninista hace su entrada legal y de masas en el movimiento estudiantil jalisciense con la fundacià³n del Frente de Estudiantes Socialistas de Occidente (FESO) el 16 de diciembre de 1934.
5. En esa à©poca se habà­an multiplicado, en Guadalajara, las asociaciones juveniles revolucionarias y socialistas como lo eran la Seccià³n Juvenil del Partido Nacional Revolucionario, la Federacià³n Juvenil Comunista, la Juventud Antinazifascista, la Juventud Revolucionaria de Jalisco, la Juventud Vanguardista, el Centro Valentà­n Gà³mez Farà­as, el Frente Popular Antiimperialista, la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), el Bloque de Jà³venes Revolucionarios, el Grupo de Agitacià³n Mà©dica, la Federacià³n de Estudiantes Revolucionarios, el Grupo de Accià³n Revolucionaria y algunos otros.
6. Con la unificacià³n de este conjunto de organizaciones se consolidà³ el FESO, en cuyos documentos básicos se establecià³ su obligacià³n de “velar porque todos los institutos y escuelas dependientes de la Direccià³n General de Estudios Superiores de Jalisco… asà­ como las demás instituciones educativas del Estado, respondan fielmente a los principios del socialismo cientà­fico…” Asà­ mismo especificaban que el FESO debà­a “formar en sus miembros y en los demás estudiantes una fuerte disciplina clasista al servicio de las masas explotadas y en contra de la burguesà­a opresora”. Durante el quinquenio “rojo” del FESO (1934-1939) se llevaron a cabo múltiples actividades ideolà³gico-culturales tendientes a crear en el estudiantado una conciencia social más avanzada, pero hay que reconocer que, en tà©rminos generales, tales esfuerzos fracasaron rotundamente, seguramente porque el mà©todo utilizado fue inadecuado y/o las condiciones sociales no eran muy propicias. La masa estudiantil se resistià³ a las ideas socialistas y su cabeza quedà³ atrapada en la “calle chueca”*, en los dancings, en las batallas individuales por alcanzar el tà­tulo profesional y ascender en la escala social. Por lo demás, la profundidad de la reforma educativa establecida en la Universidad de Guadalajara en el año de 1934, suscità³ una aguda crisis interna que culminà³ con su escisià³n.
7. La universidad se escindià³ en dos instituciones diferentes: la Universidad Autà³noma de Guadalajara y la Universidad de Guadalajara propiamente dicha. La escisià³n obedecià³ a razones de gran peso histà³rico: de un lado estaba la reforma más radical y profunda de la educacià³n superior que se haya hecho en Mà©xico y de otra, el tradicionalismo clerical más rà­gido.
Recià©n ocurrida la escisià³n, en efecto, existà­an claras diferencias ideolà³gicas entre ambas instituciones y sus respectivos estudiantados. En el plano ideolà³gico la Universidad de Guadalajara, institucià³n pública, pasà³ sucesivamente por el positivismo, el anticlericalismo recalcitrante, el laicismo liberal, el marxismo de cátedra, el revolucionarismo pequeñoburguà©s, la “unidad nacional” y, finalmente, por varias formas de social-populismo. La Universidad Autà³noma de Guadalajara, institucià³n privada, primero optà³ por algunos clichà©s ideolà³gicos falangistas y concepciones religiosas dogmáticas para desembocar en un pragmatismo neoliberal. Por mucho tiempo tales diferencias alentaron, de ambos lados, riñas públicas y privadas en los claustros universitarios y en las calles de la ciudad de Guadalajara. Es posible que en los cà­rculos de gobierno de ambos institutos todavà­a actualmente se mantengan diferencias ideolà³gicas de cierta importancia, pero en la masa estudiantil quizá ya no existe nada de aquel pasado… Tal vez ha llegado la hora de la reconciliacià³n y la búsqueda de acciones conjuntas positivas.
8. Volviendo un poco hacia atrás, en el año de 1936 se realizà³ en Guadalajara el primer Congreso de Estudiantes Socialistas de Amà©rica, al que asistieron delegaciones de Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos, Mà©xico, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Tal evento fue inaugurado el dà­a 20 de agosto en el Teatro Degollado y sus principales acuerdos fueron los siguientes: a) organizar la Confederacià³n de Estudiantes Antiimperialistas de Amà©rica, b) contribuir a la formacià³n de una central única de trabajadores de Amà©rica y brindar apoyo a todas las luchas reivindicativas de la clase obrera en el continente, c) cooperar para el intercambio internacional de la cultura revolucionaria, d) pugnar por la alfabetizacià³n de los obreros y campesinos y por la creacià³n de universidades obreras y centros de cultura proletaria, e) luchar por la creacià³n de centros polità©cnicos, f) trabajar por el mejoramiento de las condiciones de vida de los obreros y campesinos y g) defender el derecho de asilo.
Es probable que este congreso haya sido la cresta de la ola estudiantil socialista de los años treinta. Las intervenciones que ahà­ se pronunciaron por los más brillantes dirigentes estudiantiles de entonces (Carlos A. Madrazo, Natalio Vázquez Pallares, Ernesto Madero y otros), los dictámenes que se produjeron y su programa de trabajo, abarcaron los temas torales de la polà­tica nacional, continental y mundial de aquellos dà­as. Tiempos en los que los estudiantes radicales soñaban con dirigir la revolucià³n socialista.
9. No obstante, poco despuà©s del quinquenio “rojo” el FESO, controlado desde “arriba”, cambià³ sus banderas clasistas e internacionalistas por las de la “unidad nacional” y con ello inicià³ una etapa de decadencia orgánica, polà­tica e ideolà³gica (1939-1947), que contribuyà³ en mucho a su debilitamiento y, finalmente, a su desaparicià³n.
10. El FESO tuvo una etapa de “reanimacià³n” final (de 1947 a 1950) en la cual se distancià³ de la ideologà­a oficial y retomà³ algunas posiciones internacionalistas del socialismo revolucionario. Todavà­a el 25 de junio de 1954, el FESO (quizá en su última comparecencia pública) junto con la Juventud Comunista de Mà©xico y la Federacià³n de Estudiantes de Guadalajara, participà³ en la organizacià³n y desarrollo de un gigantesco mitin y manifestacià³n de masas en solidaridad con el pueblo de Guatemala y el extinto rà©gimen de Jacobo Írbenz
11. Bajo la presià³n de circunstancias polà­ticas adversas creadas por el macartismo continental y la polà­tica anticomunista de los gobiernos federal y local, en el año de 1948, el último comità© central del FESO dirigido por Raúl Padilla Gutià©rrez, decidià³ crear la Federacià³n de Estudiantes de Guadalajara (FEG) y lo hizo el mes de enero del mismo año.
12. La FEG, en su primera etapa de existencia, hasta el año de 1959, cumplià³ cabalmente con los compromisos adquiridos con la base estudiantil en su fundacià³n: defendià³ la universidad pública, derogà³ la contrarreforma gallista de la Ley Orgánica de la Universidad y recuperà³ la representatividad estudiantil democrática en el Consejo General Universitario, mantuvo la democracia en los procesos electorales internos y brindà³ apoyo solidario y al movimiento huelguà­stico de trabajadores de la enseñanza y ferrocarrileros.
13. En la etapa 1960-1975, la FEG se plegà³ abiertamente a la ideologà­a y las consignas del gobierno mexicano y su partido de Estado y se enfrentà³ al resto del movimiento estudiantil nacional que luchaba por la universidad pública y democrática y por civilizar el estilo de gobernar. La FEG llegà³ incluso a solidarizarse incondicionalmente (y a participar) con las represiones masivas ordenadas por el gobierno de Gustavo Dà­az Ordaz contra los estudiantes de todo el paà­s. Tal polà­tica “estudiantil” de la FEG tratà³ de encubrirse y legitimarse, sin lograrlo, mediante alianzas con partidos polà­ticos de la izquierda pequeñoburguesa y manipulando la solidaridad con la Revolucià³n Cubana y otros procesos revolucionarios de Amà©rica Latina.
En el año de 1961 llegà³ al estudiantado jalisciense la invitacià³n de la Conferencia Latinoamericana por la Soberanà­a Nacional, la Emancipacià³n Econà³mica y la Paz (llamada tambià©n de “Nuestra Amà©rica”) para la organizacià³n del Movimiento de Liberacià³n Nacional. La FEG no participà³ oficialmente en este proyecto, pero algunos ex dirigentes del FESO y de la misma FEG se adhirieron a à©l durante corto tiempo. El MLN utilizà³ un mensaje nacionalista y antiimperialista y su polà­tica organizativa era la del frente único; tenà­a muchas semejanzas con la APRA, pero contaba con el apoyo del movimiento comunista internacional. Cuatro años despuà©s de su fundacià³n, el MLN terminà³ en brazos del PRI-gobierno. Su fracaso se debià³ al planteamiento estratà©gico incorrecto y secundariamente a la capitulacià³n de la burguesà­a nacional y sus aliados de la izquierda reformista.
14. Durante la negra noche de la represià³n de 1968-75 el Frente Estudiantil Revolucionario (FER) fue la organizacià³n que rescatà³ la tradicià³n de lucha y salvà³ el honor del estudiantado jalisciense. El FER, con su esfuerzo y su sangre, y a pesar de algunos tà­picos actos de desesperacià³n, ayudà³ a frenar la ola represiva que se abatà­a sobre el paà­s. Era natural que despuà©s de los hechos sangrientos del 2 de octubre de 68 y del 10 de junio de 1971, el estudiantado de la Universidad de Guadalajara se rebelara contra el Grupo FEG-Universidad, que se habà­a solidarizado con la polà­tica gubernamental represiva. Tampoco serà­a sano ocultar al XIII Congreso que en los años amargos de la “guerra sucia”, en Jalisco y en Mà©xico, brillà³ por su ausencia la solidaridad estudiantil internacional.
15. A partir del año de 1980 llega a la Universidad de Guadalajara una nutrida oferta de opciones social-populistas y pragmatistas. Frentes, ligas y comità©s democráticos y populares, asà­ como ONG de todos los matices aparecieron en el momento que, curiosamente, se daba un proceso de liquidacià³n de los partidos polà­ticos de la izquierda socialista y comunista que tendà­an a ir disolvià©ndose en el seno de partidos socialdemà³cratas. En esta dramática coyuntura los dirigentes clasemedieros, otrora radicales, se quitaron de una sola vez por todas la careta que portaban desde hacà­a años, para luego reaparecer como los nuevos e indiscutibles sujetos revolucionarios del pos-socialismo. Ante la autodestruccià³n de la Unià³n Sovià©tica, la vieja intelectualidad “marxista” y “progresista”, tampoco pudo resistir la derrota y capitulà³ en masa. La ex Unià³n Sovià©tica caà­a por su incapacidad econà³mica para seguir compitiendo con el capitalismo y por sus propias contradicciones ideolà³gico-polà­ticas internas, y con ella caà­a tambià©n su podrida superestructura orgánica intelectual.
16. Últimamente, despuà©s del triunfo electoral masivo de Hugo Chávez en Venezuela (febrero de 2000), se han multiplicado las propuestas ideolà³gicas del utopismo social con pretensiones de ser histà³ricas. Guadalajara, y su universidad de Estado, se convirtià³ en plaza favorita de oferta y demanda de dichos productos. Es probable por lo consiguiente que el XIII Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes reciba una fuerte descarga de documentos y discursos polà­ticos motivados por la sana idea de salvar a la humanidad de la barbarie capitalista, pero cuyo contenido, quizá, sà³lo se refiera a idà­licos pactos y consensos nacionales e internacionales entre Capital y Trabajo y entre los gobiernos constituidos sobre la base de la legalidad vigente (Pablo González Casanova: Sobre nuestra Responsabilidad. La Jornada, 17.11.02. pp. 10.)
Por lo tanto, ahora más que nunca, es necesario que el XIII Congreso Latinoamericano y Caribeño, examine con todo cuidado las propuestas que recibirá y discrimine en el conjunto, aquellas que contengan realmente un sentido revolucionario, de las que sà³lo representen fà³rmulas paliativas de la actual crisis capitalista que, dicià©ndolo o no, se proponen excluir el objetivo estratà©gico de los trabajadores de todo el mundo, es decir destruir el capitalismo global y volver a intentar la construccià³n del socialismo. El Congreso tendrá que encontrar cuáles ideas ayudan a la creacià³n y desarrollo de un verdadero sujeto histà³rico capaz de cambiar la sociedad en un sentido revolucionario; en otras palabras, una organizacià³n revolucionaria consciente, un partido polà­tico revolucionario internacionalista de los trabajadores que luche por el socialismo. En suma, tendrá que esclarecer y escoger entre las opciones revolucionarias y las meramente purgativas de la crisis como son el supuesto combate a la pobreza extrema, el reparto de tierras ociosas, los desayunos para indigentes, las colectas para los moribundos por inanicià³n, las comisiones de la verdad, los fiscales especiales, etc.
Los estudiantes deben preguntarse, si a estas alturas del devenir histà³rico tienen derecho a equivocarse una vez más en el intento de solucionar viejos problemas. Si no ha llegado la hora de diferenciarse de las clases sociales por las que casi siempre han hablado y luchado en el pasado; si no debe adoptar una visià³n socialista revolucionaria para toda Amà©rica, desde el estrecho de Behring hasta la Tierra del Fuego.
Ahora en Brasil, despuà©s del triunfo de Lula, se escuchan gritos de júbilo prematuro y de optimismo ingenuo. “¡Ha ganado la presidencia de la República un ex operario!”, y es verdad, ha triunfado ahà­ un ex obrero, pero eso, en sà­ mismo, no tiene mayor significacià³n, porque Lula no responde a un partido proletario, sino a un frente único tradicional en el que participan trabajadores, campesinos y estudiantes, junto a los pesudos banqueros de Sao Paulo y una pequeña burguesà­a famà©lica capaz de todo para salvaguardar sus privilegios. Lech Walesa, El macho cabrà­o, tambià©n era obrero y là­der sindicalista de Solidaridad, Premio Nobel 1983 y ganador de la presidencia de Polonia por mayorà­a absoluta, en diciembre de 1990, ¿y quà© pasà³? ¿Acaso no le bastaron unos cuantos años para llevar a su paà­s al capitalismo salvaje? Y en Mà©xico ¿Quà© fue del “rojo” Sutaur-100 en los años ochenta y noventa? No, no, no… el sujeto revolucionario no puede ser cualquiera formacià³n social o cualquier persona, por más que vista de overall.
Por otra parte, cuando sean examinados los nuevos proyectos pretendidamente histà³ricos, además de tener presente a Julio Antonio Mella en ¿Quà© es el APRA?, hay que considerar muy seriamente que en la regià³n, los proyectos para reanimar el capitalismo nacional marchan muy a la zaga de las reformas transnacionalizadoras que imponen el gobierno de los Estados Unidos y la gran burguesà­a de Amà©rica Latina y es probable que la oportunidad para detener ese proceso globalizador haya pasado ya, al menos, oponià©ndole modelos cosmà©ticos obsoletos y formaciones sociales globalifà³bicas acà©falas. El único proyecto viable e histà³rico es el del socialismo internacional.
17. A lo largo de la historia del estudiantado y en especial en la etapa que hemos examinado, la guerra y la paz han sido de sus preocupaciones más constantes. Hoy no es diferente. El XIII Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes se realizará bajo un cielo encapotado por la amenaza de una nueva guerra mundial promovida por el gobierno de Bush y su peonada británica y judà­a contra Iraq y todo el mundo árabe. Antiguos y nuevos bloqueos econà³micos que ciñen la vida de paà­ses pequeños y dà©biles se mantienen y agudizan: Cuba, Iraq, Corea del Norte. Aparentemente el capitalismo global no tiene otra alternativa para superar su actual crisis econà³mica que la destruccià³n masiva de bienes y vidas humanas. Seguramente el Congreso impulsará una poderosa lucha por la paz y contra las fuerzas generadoras de la violencia genocida.
18. Finalmente, en este memorandum no puede faltar una pequeña lista simbà³lica de los jà³venes estudiantes jaliscienses que con sus vidas refrendaron la lucha concreta por sus ideales democráticos y socialistas: Carlos Gallo, Manuel Zavala y Ricardo Solà³rzano, fusilados por los franquistas españoles en el año de 1936 en la Isla del Ferrol; Arnulfo Prado, el Compa y decenas de jà³venes asesinados y desaparecidos por las fuerzas represivas durante la llamada “guerra sucia” 1968-1975. Tampoco debe ignorarse a los estudiantes que sufrieron cárcel durante años, por el delito de “disolucià³n social” y otros cargos polà­ticos. Y, algo muy importante: demandar la liberacià³n inmediata de los estudiantes que ahora sufren injusta prisià³n en las cárceles de alta seguridad de todo el continente.

Dr. Mario Rivera Ortiz**

*. En Guadalajara, durante la primera mitad del siglo XX, la “Calle Chueca”, como se conocà­a popularmente a la Avenida de los Insurgentes, era la calle de los burdeles y las buenas cantinas, de los placeres juveniles, pues. .
**. MRO: ex secretario de organizacià³n del comità© central del Frente de Estudiantes Socialistas de Occidente (FESO), 1947-54. Ex presidente de la Sociedad de Estudiantes de Medicina de la Universidad de Guadalajara, 1950-51; cofundador de la Federacià³n de Estudiantes de Guadalajara (FEG) 1948
cuini@prodigy, net.mx Tel. Fax 55 735047. Viad Tlalpan 5183. Col. La Joya, C.P. 14090, Mà©xico, DF.

Mà©xico DF a 17 de noviembre de 2002

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