por Jesús Santritch
“si hay algo que no se pierde jamás, es la sangre vertida por la causa justa”.
Simà³n Bolàvar, dic. 29 de 1813
El tercer aniversario del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia se cumple en momentos en que Estados Unidos de Amà©rica y sus secuaces (Inglaterra y España a la cabeza ) -con su descomunal maquinaria bà©lica -, al sumar el genocidio de una enorme cantidad de hijos del pueblo iraquà a su larga lista de intervenciones criminales, acaban de ratificar su carácter omnàmodo y perverso en el escenario mundial. Washington, con sus inocultables cràmenes de lesa humanidad ha terminado de aniquilar la poca confianza que restaba al precario “orden” internacional, oponiendo a los valores mas antiguos de la convivencia humana, el fundamentalismo capitalista neoliberal, globalizador de la injusticia, mientras la mayor parte de la humanidad se opone con determinacià³n inquebrantable a admitir el reino de la fuerza y la explotacià³n del hombre por el hombre.
En Colombia las excreciones del fascismo de los oligarcas que han mancillado la dignidad del pueblo; su rà©gimen que ha descuartizado a millares de vàctimas inermes; cada gobierno, incluyendo el del abominable Uribe Và©lez, han sumergido en la miseria y el luto a los de abajo, obligando al levantamiento armado, con mas y mas decisià³n en la medida en que esas mayoràas que claman por bienestar, paz y libertad son empujadas hacia la guerra civil, por obra de la injusticia que ya ha sumido a mas del 60% de la poblacià³n en la pobreza.
Este rà©gimen de terror, al tiempo que asesina a su pueblo de manera desaforada, ha lanzado al desempleo a algo mas de 10 millones de personas, menguando casi todas las posibilidades de sostener una vida digna y en tranquilidad. y como si fuera poco, al conflicto que se deriva de esta situacià³n, la respuesta que le da el estado es la de la opresià³n totalitaria, la del paramilitarismo genocida, el atropello a los derechos ciudadanos, la mentira y la declaratoria de una guerra execrable contra el pueblo, que cada dàa le cuesta al paàs 45.000 millones de pesos y la entrega de la soberanàa al despotismo estadounidense, que es el principal beneficiario de tanta infamia.
Este comportamiento apátrida nos urge a construir un gobierno alternativo que desde la clandestinidad junte esfuerzos de beneficio nacional, que se inscriban en el conjunto de las realizaciones que los pueblos del mundo van intensificando de maneras diversas, contra los anti-valores que pretende imponer el imperialismo guerrerista. nuestras luchas deben expresarse en acciones crecientes, que confluyan en propà³sitos y estructuras de organizacià³n que hagan triunfar la globalizacià³n de la solidaridad humana, derrotando la decisià³n mezquina de las clases econà³micamente poderosas, de hacer del mundo el reino de las mercaderàas.
En Colombia frente a la tiranàa ignominiosa, el movimiento revolucionario sigue en pie de lucha, persiste en buscar salidas dialogadas con un gobierno que muestre real deseo de resolver las causas del conflicto social, marchando en procura de en palabras de Bolàvar – “La mayor suma de felicidad posible , la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad polàtica”. En esta perspectiva, la construccià³n de movimiento bolivariano durante estos tres años de clandestinidad y perseverancia, coincide con la siembra de ideas y emprendimientos por los derechos de los pueblos. constituidos en núcleos de hombres, mujeres, jà³venes, ancianos, etc. de diversos lugar es del paàs, marchamos tras las huellas del libertador, diciendo con el que sin justicia no hay igualdad, sin igualdad no es posible la libertad, y que igualdad y libertad son las premisas de la verdadera democracia. as¡, bien podemos llamarnos militantes de la democracia verdadera, de esa democracia a la que hay que ponerle apellido de popular, redundando necesariamente para no dejar duda del sentido de lo que se plantea.
La decisià³n de luchar por autentica democracia popular es una tarea de todos los dàas, que la continuamos amparados en el secreto, insistiendo en la vigencia de tal forma de actuar como respuesta que impone el terrorismo del rà©gimen que hoy asume la denominacià³n cànica de “seguridad democrática”, con toda su carga terrible de procedimientos liberticidas y criminales propios del fascismo.
En el amplio sentimiento patrià³tico del pueblo hemos ido fortaleciendo la solidaridad en torno al rechazo al neoliberalismo, contra la degradacià³n de la naturaleza y el empobrecimiento de las mayoràas propinado por la oligarquàa colombiana, por las avarientas transnacionales y los usureros del capital internacional. nuestro ser bolivariano lo conjugamos como lucha por el mejoramiento de la calidad de vida, por los derechos básicos de todo tipo, contra la fraudulenta deuda externa, contra la criminalizacià³n y represià³n de la protesta social, contra el militarismo de los imperios, contra el ALCA, contra el Plan Colombia, contra la iniciativa andina, el plan Puebla – Panamá y el intervencionismo en general (que significan miseria y muerte para el continente), considerando que la solidaridad entre los pueblos es hoy una necesidad, un principio indiscutible para la sobrevivencia y conquista de un mundo mejor.
Encontramos sin esfuerzo, que la solidaridad a la que nos referimos está inscrita en el internacionalismo que enseño Bolàvar, en la unidad para la accià³n contra la injusticia. asà que un derrotero preciso para el logro de propà³sitos tan altruistas lo vemos posible haciendo las transformaciones polàticas, econà³micas, sociales, culturales, juràdicas, histà³ricas y morales que constituyen el ideario vigente del libertador, como programa para la accià³n que desde nuestra Amà©rica sea legitima y autentica esperanza del universo.
Aquà y ahora nuestro aporte posible es el de la lucha, dentro de nuestro terruño, pero con la idea principal de que cada esfuerzo es en funcià³n de la humanidad. asà estamos, de tal suerte que el movimiento bolivariano pese a tener poca edad, posee la dimensià³n extensa de la historia de las luchas de nuestros pueblos por su emancipacià³n; comienza a enlazarse con cada ideal libertario de cada punto de la Amà©rica latina y el caribe, y se hace invencible en la medida en que en las exactas coordenadas de Bolàvar se encuentra con millares y millares de almas que se multiplican listas a combatir como una sola patria a los “ladrones coronados que oprimen al mundo”.
Contra el imperialismo por la patria!
Contra la oligarquàa por el pueblo !
Viva el movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia !