Cárcel de Alcalá-Meco, Febrero 2001
Desde el dàa 18 de enero soy rehà©n de un estado reaccionario. Es la cuarta vez que paso por los calabozos de la siniestra Audiencia Nacional previo a mi ingreso en prisià³n. La peculiaridad de esta ocasià³n es, que han sido periodistas que claman por la libertad de expresià³n los principales impulsores de mi encarcelamiento.
La extrema derecha econà³mica, polàtica, policial y periodàstica no ha cesado durante todo el año en su intento de conseguir mi reclusià³n. Para ello han recurrido a todo tipo de prácticas, tan abyectas como patà©ticas y siempre con la mentira de fondo, y si el aparato policial echaba mano de manifestaciones religioso-escabrosas, los media recurràan a sus más cualificados escribidores-basura, ambos colectivos con el indisimulado propà³sito final de dar con mis huesos en la cárcel.
Es asà como pudo escuchársele al Director General de la Policàa aquello de : “Pepe Rei, de lo malo que es, tiene que tener el diablo en el cuerpo”. Su superior, el ministro Mayor Oreja, intentà³ aún ir más allá: “es la persona de peor catadura moral que conozco”.
Los periodistas de las cloacas hicieron su trabajo a conciencia: y si desde “El Mundo” o “ABC” Cristina Schlichting y Alfonso Ussia me catalogaban de “niño bien, multimillonario”, Jon Cruz (“Diario 16” y “La Voz de Galicia”) y Luis del Olmo (“Protagonistas”) me descalificaban como “borracho”. Del Olmo añadiràa a tan tenebroso curràculum el de “agresor de mi ex-compañera”. “El Mundo” no se cansaràa de chapotear en este lodazal y, de manera perià³dica, recordaràa a sus lectores los pasados problemas con las drogas de algunos de mis familiares.
Lanzada la ofensiva, hasta cuatro Ministros le pidieron al Fiscal General del Estado que actuara contra mà. La solicitud fue secundada de inmediato por Magistrados conservadores, comentaristas y contertulios de las cavernas, asà como por los miembros más reaccionarios de la oposicià³n.
Mi citacià³n judicial y mi ingreso en prisià³n eran sà³lo cuestià³n de oportunismo judicial, polàtico y periodàstico. Fue Luis Del Olmo quien tronà³ y lo exigià³ perentoriamente: “¿Es que nadie va a sacar a ese sujeto fuera de circulacià³n?”. Su amigo Baltasar Garzà³n recogià³ al vuelo el guante y, en uno de los espectáculos más patà©ticos y deplorables de la Magistratura española, se lanzà³ al sprint y, por hora y media, se adelantà³ a otro juez, Juan Del Olmo, que me habàa citado para la mañana siguiente. Pero Garzà³n y su colega Del Olmo habàan conseguido su objetivo: el que yo saliera esposado de la redaccià³n de “Ardi Beltza” ante una nube de fotà³grafos y de cámaras de televisià³n.
Camino de Madrid, con las manos engrilletadas y con la cabeza permanentemente entre las piernas por exigencia policial, no araba de pensar cuál seràa la sorpresa-trampa que me tendràan preparada el tándem Oreja-Garzà³n.
Pero la sorpresa fue…… que no habàa sorpresa. Esta vez ni tan siquiera se habàan preocupado de montar el paripà© de ocasiones precedentes: tenàan la suficiente cobertura mediática y polàtica para poder prescindir tranquilamente de cualquier justificacià³n aparentemente formal.
Garzà³n no se cortà³ nada a la hora de reflejarlo asà en un auto lleno de vaguedades y lugares comunes: “…… …‘Ardi Beltza´ fue hallada en poder de varios comandos de ETA, en la revista trabajan ex-miembros del Equipo de investigacià³n de …‘Egin´ que, –a tenor de las afirmaciones de Garzà³n y sus guionistas de la U.C.I. (Unidad Central de Inteligencia)–, sirven a los fines de ETA-KAS-EKIN……”
Todo esto seràa un mal chiste, si no fuera porque concluido el paripà© judicial mi persona está presa de nuevo en la cárcel de Alcalá-Meco.
Desconocàa la vis cà³mica de Garzà³n. La descubrà leyendo su auto: entre los “periodistas apuntados” desde “Ardi Beltza” figuran nada menos que Ana Rosa Quintana, M…ª Teresa Campos, Francisco Umbral, Alvaro Baeza y Cayetano González. Que yo sepa, de Ana Rosa Quintana escribimos sobre el famoso plagio que hizo en su libro, tema recurrente durante semanas en multitud de medios; Cayetano es el conocido jefe de prensa e intoxicacià³n de Mayor Oreja y, en cuanto a Baeza, aparece en el vàdeo “Periodistas, el negocio de mentir” como el mejor representante del esperpento informativo sobre Euskal Herria, etc. Está claro que, una vez leàdo el auto, Garzà³n ha hecho mà©ritos más que sobrados para pasar a ser el Baeza de la Judicatura.
Pero todavàa más impactante y alucinante que el auto de Garzà³n me pareceràa el del juez Juan Del Omo Gálvez, titular del Central de Instruccià³n n…º 6. El Del Olmo juez, es una persona educada y que en su favor tiene el haber aguantado durante dos largos meses, el continuo chaparrà³n polàtico-mediático que urgàa mi linchamiento.
Antes de dictar su resolucià³n, Del Olmo y la representante del Ministerio Fiscal me sometieron a un exhaustivo interrogatorio absolutamente parcial y desde la perspectiva de una sola de las partes. Sus preguntas eran las mismas que se me podràan plantear desde las posiciones del pensamiento único del Partido Popular o desde la filosofàa del Foro de Ermua. De entrada, era yo el que tenàa que responder a una larga y alucinante serie de imputaciones, y no, como seràa equitativo, los periodistas que durante largos meses habàan estado masacrándome a mà, a mis compañeros, y a mis familiares de manera tan inmisericorde como falaz. Ellos eran los buenos y yo, como dijera Cotino, la viva personificacià³n del diablo.
Al juez y a la fiscal les leà párrafos enteros de mi libro “Colegas”, publicado en 1.998 en donde, echando mano de la hemeroteca, exponàa a la opinià³n pública obras y milagros de la clase periodàstica. No fui yo el que hablà³ del “Sindicato del Crimen” para referirme a otros profesionales de la informacià³n, ni el que hizo públicos interminables listados de periodistas a los que se acusaba de chantajear y calumniar. El mà©rito le corresponde al mismàsimo Juan Luis Cebrián, uno de los prebostes del imperio mediático construido en torno a “El Paàs”.
Del Olmo me observaba inexpresivo, detrás de sus gafas. ¿Cà³mo era posible establecer una relacià³n causa-efecto entre el vàdeo “Periodistas, el negocio de mentir” y los intentos de atentado contra alguno de los protagonistas?. Al juez y a la fiscal les hice reparar en que tres de los cuatro entrevistados en la cinta (Calleja, Gurruchaga y Del Olmo) reconocen ellos mismos estar amenazados por ETA desde hace largo tiempo, pero ni por esas.
¿Y por quà© se insiste en que “Ardi Beltza” le es encontrada a comandos de ETA?. En los documentos aportados por la propia U.C.I. tras la detencià³n del “comando Barcelona” se menciona una serie de publicaciones que les fueron aprehendidas a los militantes de ETA. Pero esas, se ocultan y se silencian por los medios de comunicacià³n.
El auto por el que Juan Del Olmo decreta tambià©n mi ingreso en prisià³n no es ya solo que me cause una gran indignacià³n por la carencia de una mànima base juràdica; el gran problema no es que me produzca un enorme indefensià³n, sino que lo peor es que le concede patente de corso a todos aquellos periodistas que quieran vituperar y criminalizar a los discrepantes. Ellos podrán seguir siendo la punta de lanza contra los que nos oponemos al pensamiento único y nos rebelamos contra este sistema injusto. En contrapartida, a nosotros se nos quiere imponer el silencio, el acatamiento y la sumisià³n ante sus atropellos. Sà³lo nos queda rebelarnos.
De ahà mi llamamiento a luchar por la libertad de expresià³n a todas aquellas personas que no acepten este pensamiento totalitario y, especialmente, a los medios contrainformativos que se oponen al sistema establecido. No podemos permitir que los fascistas se apoderen de la palabra y prostituyan el concepto de la libertad.
Nos va en ello la dignidad. Tenemos que armarnos de nuevo con la utopàa y caminar decididos hacia un futuro en el que las palabras no sean objeto de comercio y sirvan para que las personas convivan y se conozcan en un mundo más justo y solidario.
Pepe Rei
En la cárcel de Alcalá-Meco, febrero del 2001