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Carta de Pepe Rei a los Medios alternativos

26. February 2001

Cárcel de Alcalá-Meco, Febrero 2001

Desde el dà­a 18 de enero soy rehà©n de un estado reaccionario. Es la cuarta vez que paso por los calabozos de la siniestra Audiencia Nacional previo a mi ingreso en prisià³n. La peculiaridad de esta ocasià³n es, que han sido periodistas que claman por la libertad de expresià³n los principales impulsores de mi encarcelamiento.

La extrema derecha econà³mica, polà­tica, policial y periodà­stica no ha cesado durante todo el año en su intento de conseguir mi reclusià³n. Para ello han recurrido a todo tipo de prácticas, tan abyectas como patà©ticas y siempre con la mentira de fondo, y si el aparato policial echaba mano de manifestaciones religioso-escabrosas, los media recurrà­an a sus más cualificados escribidores-basura, ambos colectivos con el indisimulado propà³sito final de dar con mis huesos en la cárcel.

Es asà­ como pudo escuchársele al Director General de la Policà­a aquello de : “Pepe Rei, de lo malo que es, tiene que tener el diablo en el cuerpo”. Su superior, el ministro Mayor Oreja, intentà³ aún ir más allá: “es la persona de peor catadura moral que conozco”.

Los periodistas de las cloacas hicieron su trabajo a conciencia: y si desde “El Mundo” o “ABC” Cristina Schlichting y Alfonso Ussia me catalogaban de “niño bien, multimillonario”, Jon Cruz (“Diario 16” y “La Voz de Galicia”) y Luis del Olmo (“Protagonistas”) me descalificaban como “borracho”. Del Olmo añadirà­a a tan tenebroso currà­culum el de “agresor de mi ex-compañera”. “El Mundo” no se cansarà­a de chapotear en este lodazal y, de manera perià³dica, recordarà­a a sus lectores los pasados problemas con las drogas de algunos de mis familiares.

Lanzada la ofensiva, hasta cuatro Ministros le pidieron al Fiscal General del Estado que actuara contra mà­. La solicitud fue secundada de inmediato por Magistrados conservadores, comentaristas y contertulios de las cavernas, asà­ como por los miembros más reaccionarios de la oposicià³n.

Mi citacià³n judicial y mi ingreso en prisià³n eran sà³lo cuestià³n de oportunismo judicial, polà­tico y periodà­stico. Fue Luis Del Olmo quien tronà³ y lo exigià³ perentoriamente: “¿Es que nadie va a sacar a ese sujeto fuera de circulacià³n?”. Su amigo Baltasar Garzà³n recogià³ al vuelo el guante y, en uno de los espectáculos más patà©ticos y deplorables de la Magistratura española, se lanzà³ al sprint y, por hora y media, se adelantà³ a otro juez, Juan Del Olmo, que me habà­a citado para la mañana siguiente. Pero Garzà³n y su colega Del Olmo habà­an conseguido su objetivo: el que yo saliera esposado de la redaccià³n de “Ardi Beltza” ante una nube de fotà³grafos y de cámaras de televisià³n.

Camino de Madrid, con las manos engrilletadas y con la cabeza permanentemente entre las piernas por exigencia policial, no araba de pensar cuál serà­a la sorpresa-trampa que me tendrà­an preparada el tándem Oreja-Garzà³n.

Pero la sorpresa fue…… que no habà­a sorpresa. Esta vez ni tan siquiera se habà­an preocupado de montar el paripà© de ocasiones precedentes: tenà­an la suficiente cobertura mediática y polà­tica para poder prescindir tranquilamente de cualquier justificacià³n aparentemente formal.

Garzà³n no se cortà³ nada a la hora de reflejarlo asà­ en un auto lleno de vaguedades y lugares comunes: “…… …‘Ardi Beltza´ fue hallada en poder de varios comandos de ETA, en la revista trabajan ex-miembros del Equipo de investigacià³n de …‘Egin´ que, –a tenor de las afirmaciones de Garzà³n y sus guionistas de la U.C.I. (Unidad Central de Inteligencia)–, sirven a los fines de ETA-KAS-EKIN……”

Todo esto serà­a un mal chiste, si no fuera porque concluido el paripà© judicial mi persona está presa de nuevo en la cárcel de Alcalá-Meco.

Desconocà­a la vis cà³mica de Garzà³n. La descubrà­ leyendo su auto: entre los “periodistas apuntados” desde “Ardi Beltza” figuran nada menos que Ana Rosa Quintana, M…ª Teresa Campos, Francisco Umbral, Alvaro Baeza y Cayetano González. Que yo sepa, de Ana Rosa Quintana escribimos sobre el famoso plagio que hizo en su libro, tema recurrente durante semanas en multitud de medios; Cayetano es el conocido jefe de prensa e intoxicacià³n de Mayor Oreja y, en cuanto a Baeza, aparece en el và­deo “Periodistas, el negocio de mentir” como el mejor representante del esperpento informativo sobre Euskal Herria, etc. Está claro que, una vez leà­do el auto, Garzà³n ha hecho mà©ritos más que sobrados para pasar a ser el Baeza de la Judicatura.

Pero todavà­a más impactante y alucinante que el auto de Garzà³n me parecerà­a el del juez Juan Del Omo Gálvez, titular del Central de Instruccià³n n…º 6. El Del Olmo juez, es una persona educada y que en su favor tiene el haber aguantado durante dos largos meses, el continuo chaparrà³n polà­tico-mediático que urgà­a mi linchamiento.

Antes de dictar su resolucià³n, Del Olmo y la representante del Ministerio Fiscal me sometieron a un exhaustivo interrogatorio absolutamente parcial y desde la perspectiva de una sola de las partes. Sus preguntas eran las mismas que se me podrà­an plantear desde las posiciones del pensamiento único del Partido Popular o desde la filosofà­a del Foro de Ermua. De entrada, era yo el que tenà­a que responder a una larga y alucinante serie de imputaciones, y no, como serà­a equitativo, los periodistas que durante largos meses habà­an estado masacrándome a mà­, a mis compañeros, y a mis familiares de manera tan inmisericorde como falaz. Ellos eran los buenos y yo, como dijera Cotino, la viva personificacià³n del diablo.

Al juez y a la fiscal les leà­ párrafos enteros de mi libro “Colegas”, publicado en 1.998 en donde, echando mano de la hemeroteca, exponà­a a la opinià³n pública obras y milagros de la clase periodà­stica. No fui yo el que hablà³ del “Sindicato del Crimen” para referirme a otros profesionales de la informacià³n, ni el que hizo públicos interminables listados de periodistas a los que se acusaba de chantajear y calumniar. El mà©rito le corresponde al mismà­simo Juan Luis Cebrián, uno de los prebostes del imperio mediático construido en torno a “El Paà­s”.

Del Olmo me observaba inexpresivo, detrás de sus gafas. ¿Cà³mo era posible establecer una relacià³n causa-efecto entre el và­deo “Periodistas, el negocio de mentir” y los intentos de atentado contra alguno de los protagonistas?. Al juez y a la fiscal les hice reparar en que tres de los cuatro entrevistados en la cinta (Calleja, Gurruchaga y Del Olmo) reconocen ellos mismos estar amenazados por ETA desde hace largo tiempo, pero ni por esas.

¿Y por quà© se insiste en que “Ardi Beltza” le es encontrada a comandos de ETA?. En los documentos aportados por la propia U.C.I. tras la detencià³n del “comando Barcelona” se menciona una serie de publicaciones que les fueron aprehendidas a los militantes de ETA. Pero esas, se ocultan y se silencian por los medios de comunicacià³n.

El auto por el que Juan Del Olmo decreta tambià©n mi ingreso en prisià³n no es ya solo que me cause una gran indignacià³n por la carencia de una mà­nima base jurà­dica; el gran problema no es que me produzca un enorme indefensià³n, sino que lo peor es que le concede patente de corso a todos aquellos periodistas que quieran vituperar y criminalizar a los discrepantes. Ellos podrán seguir siendo la punta de lanza contra los que nos oponemos al pensamiento único y nos rebelamos contra este sistema injusto. En contrapartida, a nosotros se nos quiere imponer el silencio, el acatamiento y la sumisià³n ante sus atropellos. Sà³lo nos queda rebelarnos.

De ahà­ mi llamamiento a luchar por la libertad de expresià³n a todas aquellas personas que no acepten este pensamiento totalitario y, especialmente, a los medios contrainformativos que se oponen al sistema establecido. No podemos permitir que los fascistas se apoderen de la palabra y prostituyan el concepto de la libertad.

Nos va en ello la dignidad. Tenemos que armarnos de nuevo con la utopà­a y caminar decididos hacia un futuro en el que las palabras no sean objeto de comercio y sirvan para que las personas convivan y se conozcan en un mundo más justo y solidario.

Pepe Rei

En la cárcel de Alcalá-Meco, febrero del 2001

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