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Fox, la sociedad civil y la marcha zapatista

1. March 2001

Mà©xico, Marzo, 2001

El 11 de Marzo los rebeldes zapatistas con todos los comandantes a la cabeza llegarán a ciudad de Mà©xico para exigir el cumplimiento del Acuerdo de San Andres, firmado por los representantes del gobierno mà©xicano y el EZLN en febrero de 1996, pero nunca transformado en ley y cumplido por los gobiernos neoliberales de Mà©xico.
El Campo Antiimperialista declara su apoyo a las demandas justas y democráticas de los campesinos indà­genas de Chiapas y las otras regiones indà­genas de Mà©xico por una autonomà­a que permita su autodeterminacià³n. Sin embargo, una autonomà­a que no se reduce ni a promesas vagas ni a seudo-concesiones superficiales folcloristas, necesariamente toca los intereses y la propiedad capitalistas e imperialistas en la regià³n. Por lo tanto la lucha por el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrà©s sà³lo puede avanzar dentro de una lucha popular amplia y prolongada por un proyecto polà­tico revolucionario de ruptura con la globalizacià³n capitalista, de liberacià³n nacional y transformacià³n social.
El articulo de la Izquierda Democrática Popular (IDP) advierte sobre la polà­tica populista de “paz” del nuevo presidente Fox y las capacidades limitadas de lucha de la sociedad civil, el principal referente polà­tico del EZLN. Exige una alternativa a largo plazo que requiere un sujeto popular revolucionario que supera las limitaciones de la sociedad civil y construya el poder popular a partir de las luchas sociales, polà­ticas y antiimperialistas del pueblo trabajador.

Campo Antiimperialista

PAZ Y SEDUCCIÓN

Alberto Hà­jar

Pragmático como buen empresario tan sà³lo interesado en la máxima ganancia como principio à©tico, Fox está dando pruebas de una capacidad de maniobra polà­tica inusual en los presidentes, sobre todo en contraste con la intolerancia de Zedillo especialmente probada con el EZLN al impedir la legalizacià³n de los Acuerdos de San Andrà©s pese a la aprobacià³n de la comisià³n por à©l aprobada.
Por la libre actuà³ Fox antes de tomar posesià³n para ir y venir por Amà©rica, Estados Unidos y Europa estableciendo compromisos sin rendir cuentas a nadie. Nada pasà³. Luego hace nombramientos espectaculares como el de la Secretarà­a de Trabajo a cargo de un exdirigente de COPARMEX y de un general al frente de la Procuradurà­a General de la República. No pasà³ nada. Las cámaras de diputados y senadores perplejas. La insercià³n en el gabinete de exizquierdistas de buenas familias como dicen las notas de sociales, especialmente Jorge Castañeda, garantizan maniobras bien asesoradas a partir de la confianza depositada en quienes entienden la izquierda para quedar bien con la derecha a partir de su contencià³n y si se puede, su destruccià³n.
Todo esto como introduccià³n para llegar al arrebato de la bandera de la paz. Paz aparente, sin duda, de mentiras como dice Marcos que dice Castañeda. Lo advierte un comunicado de la sociedad civil encabezada por un grupo donde destacan Ana Conchero, esa bella actriz, que con Ofelia Medina, figuran como garbanzos de a libra en un medio especialmente frà­volo, servil y vicioso. Importa destacar esto porque objetan, en el hipà³crita y abstracto empeño de las televisoras más poderosas, la ausencia de informacià³n actualizada del conflicto de Chiapas. ¿Cà³mo estar por la paz si se ignora todo de la declaracià³n de guerra del EZLN, de sus causas, del Tratado de Libre Comercio, del caciquismo de los gobernadores corruptos, de la riqueza de la regià³n rica en recursos energà©ticos, de los combates y de los muertos, de las masacres de los paramilitares?. Una firma por la paz ignorando todo esto es una firma sin valor alguno, movida apenas por la capacidad de seduccià³n de las televisoras.
Esto es parte de la desinformacià³n disfrazada de buena voluntad. A la par, Fox enarbola convincentemente para los seducidos por los medios, la bandera de la paz, del diálogo, de la generosidad mientras el ejà©rcito sigue reposicionado con el mismo número de efectivos en Chiapas, mientras se ha detenido la liberacià³n de presos polà­ticos y se mantienen segregados a los seis en huelga de hambre desde hace un mes en el corrupto penal de Puente Grande. Mientras, nadie discute los Acuerdos de San Andrà©s para volverlos ley.
Frente a esto, el EZLN confà­a en la sociedad civil y afronta una prueba extrema de su sentido paradà³jico. Informal y antojadiza por definicià³n, la sociedad civil celebra, denuncia, tira piedras, mienta madres, llora, brinca y grita, pero no propone nada para el largo plazo salvo la protesta y la melcocha sentimental como principal aliento de la revuelta. Cuantiosos fondos llegan de la sociedad civil europea y norteamericana, pocos se aplican a alguna escuela y algún hospital para los despojados indios. Todo esto con gran alharaca mediática, informática, computà­stica. El reforzamiento zapatista, parece asà­ muy peligroso frente a un zorro hábil para la seduccià³n populista, pero firme para garantizar los intereses empresariales trasnacionales en perjuicio definitivo, si lo dejamos, contra la nacià³n incluyente de los pobres. Desde las protestas al foro econà³mico comercial de Cancún hasta la marcha zapatista, el paà­s debiera ocuparse de reflexionar a fondo y de actuar en consecuencia aunque lo previsible es que esto haga lo mejor de la sociedad civil que deja de serlo para ser sociedad polà­tica frente a una mayorà­a seducida por las televisoras y por el presidente en mangas de camisa.

Mà©xico, Marzo 2001

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