Llamado, reportaje y análisis
Un paso hacàa adelante
Dentro de la gigantesca manifestacià³n del 9 de Noviembre en el cuadro del Foro Social Europeo (FSE) contra los preparativos de una nueva agresià³n contra el Irak, el Campo Antiimperialista junto a otras fuerzas italianas e internacionales protagonizà³ un bloque antiimperialista unitario. Bajo la consigna “Al lado del Irak – resistimos al ataque” cientos de activistas marcharon por las calles de Florencia y otros cientos se unieron al contingente antiimperialista. (vea fotos: )
Pocos dàas despuà©s la policàa italiana detenàa una docena de militantes del movimiento contra la globalizacià³n – dos de ellos, Vittoria Oliva (de 61 años) y Antonio Rollo, parte de las fuerzas antiimperialistas. Entre los detenidos tambià©n se encuentra Francesco Caruso, dirigente del movimiento en el sur de Italia. Todos son acusados de haber formado una asociacià³n subversiva con el objetivo de subvertir el orden constitucional. El Estado ya no se esfuerza a construir un caso de crimen común, sino basta esta acusacià³n abiertamente polàtica. No es por casualidad que las detenciones fueron llevados a cabo despuà©s de la exitosa movilizacià³n de Florencia para amenazar el creciente movimiento contra la guerra con sus bloqueos de instalaciones militares yanquis y la lucha de las fuerzas antiimperialistas consecuentes contra el gobierno militarista de Berlusconi, propuestas que están ganado consenso creciente.
Llamamos a mandar mensajes de protesta masivas exigiendo la inmediata liberacià³n de los luchadores detenidos.
Comentario sobre la manifestacià³n de masas contra la guerra en Florencia y el Foro Social Europeo (FSE)
La inmensa movilizacià³n marca una nueva coyuntura polàtica no sà³lo en Italia, sino en toda Europa. Revela una oposicià³n popular masiva contra la polàtica guerrerista imperialista de los EE.UU. y contra los ataques liberalistas contra las masas populares por parte de los gobierno de la Unià³n Europea (UE). Está surgiendo un nuevo movimiento que sà³lo puede nacer heterogà©neo. Hay que constatar que las fuerzas antiimperialistas, comunistas y revolucionarias siguen siendo una minoràa dentro de este movimiento. A pesar de la crisis del liberalismo y de las contradicciones crecientes dentro del Orden Mundial dirigido por los EE.UU., todavàa la situacià³n está lejos de una crisis integral y explosiva del capitalismo occidental, una situacià³n social y polàtica extrema donde las fuerzas revolucionarias podrán ganar el consenso de masas en y constituir la direccià³n del movimiento de masas.
Por lo tanto no es por casualidad que el movimiento todavàa está dominado por una mezcla de maximalismo táctico y minimalismo polàtico neo-keynsiano con cierta dosis de filantropàa cristiana. El antagonismo aparente, las proclamaciones y formas de protesta radicales por lo tanto se concretizan lineas polàticas moderadas, en propuestas de à©xodo (Negri) apolàtico mas allá de las contradicciones reales entre los pueblos oprimidos en lucha y el imperialismo, a en nuevos caminos de integracià³n reformista en la “Europa social”, ambos compatibles con el sistema dominante. Los pensamientos “democratizantes y humanizantes” de las fuerzas dirigentes del FSE de hecho son derivados del progresismo y modernismo burguà©s y siguen pesando sobre las mayoràas encuadradas en la apariencia de la muerte de la revolucià³n y el comunismos con el “fin de la historia”. Por todo esto el horizonte dominante consensual no va mas allá de la humanizacià³n del capitalismo con la idea de imponerlo reglas à©ticas para deshacerse de sus formas salvajes.
Hay que estar conciente que no basta tan sà³lo desenmascarar estas ilusiones reformistas que parecen propuestas realistas y por lo tanto siguen teniendo atractividad hegemà³nica. Sà³lo en el curso de los acontecimientos polàticos producto de la globalizacià³n imperialista y la experiencia y reflexià³n radical sobre esta realidad, el aparente realismo se revelará como utopàa falsa. Requiere otros mucho Argentina e Irak para aprender la necesidad radical.
Comenzando en Seattle y llegando a Europa, el movimiento antiglobalizacià³n obviamente hizo pasos importantes. Los impactos del 11 de Septiembre, los llamados de la segunda Intifada del pueblo palestino y la intervencià³n constante de las fuerzas antiimperialistas y revolucionarias han contribuido a una radicalizacià³n polàtica. No es por casualidad que los medias corporativos lamentan el creciente anti-americanismo y anti-capitalismo. En la manifestacià³n del 9 de noviembre este sentimiento se ha expresado en numerosas banderas y mantas entre los italianos y participantes internacionales, algo que hace dos años sà³lo fue una imagen marginal en el movimiento. Quienes proclamaban la muerte de la izquierda revolucionaria se han equivocado! La categoràa de “imperialismo” ha resurgido entre el movimiento para caracterizar la polàtica militarista occidental. La politizacià³n y la conciencia sobre la necesidad de una respuesta concreta y organizada frente a las polàticas imperialistas está ganado terreno frente la las reducciones sub-culturales americano-occidentales, al misticismo folclorista, al hedonismo individualista y al anarquismo subjetivista con su contenido moderado y se contrapone cada vez mas claro a la búsqueda de caminos de integracià³n centro-izquierdista de fuerzas como ATTAC y las burocracias sindicales tradicionales.
La composicià³n sociolà³gica predominante del movimiento, juventud de clase media que hace una dà©cada parecàa completamente absorbida por el consumismo y el liberalismo, es una señal positiva ya que los sentimientos de la clase media pueden, en una situacià³n de continuada crisis y parálisis del movimiento obrero, expresar un descontento creciente en la sociedad. Esto sin embargo no puede prescindir a mediano plazo de la profundidad social popular, de un nuevo sujeto radical y proletario, para volverse constante y antagonista.
Las fuerzas antiimperialistas han protagonizado en Florencia su propio bloque dentro de la manifestacià³n y una asamblea final donde varios representantes de pueblos oprimidos y movimientos en lucha tomaban la voz, entre ellos de Turquàa y Kurdistán, Colombia, Palestina, Sri Lanka, Paàs Vasco y representantes de las organizaciones comunistas y antiimperialistas de Grecia. La unidad del movimiento antiimperialista es esencial para constituir un polo fuerte y visible capaz de influir en el desarrollo futuro del movimiento antiglobalizacià³n en los tiempos movidos que están llegando con una posible guerra contra Irak. Sin embargo esta unidad todavàa es una proceso duro y largo donde por un lado la cuestià³n de las relaciones con las direcciones actuales, subordinadas polàticamente a la perspectiva de centro izquierda institucional europeo es esencial, como por otro lado el reconocimiento de las formas concretas y nuevas de lucha de los pueblos oprimidos, como el Islam polàtico en el mundo árabe, y la consiguiente reflexià³n abierta sobre la base polàtica antiimperialista y la estructura orgánica de una unidad internacional.
El impacto polàtico de una nueva agresià³n yanqui contra Irak puede producir una situacià³n favorable para las fuerzas antiimperialistas y revolucionarias dentro del movimiento contra la globalizacià³n. Si Irak resisten unos meses contra este ataque las contradicciones internacionales existentes se pueden volver explosivas, amenazando los gobiernos tàteres de los EE.UU., incluyendo los gobierno aliados de los EE.UU. en Europa, y tambià©n forzando a aclarar las posiciones y contradicciones dentro de la oposicià³n y el Foro Social Europeo. La unidad establecida en Porto Alegre es precaria, va desde la socialdemocracia hasta los revolucionarios. La escalada de la resistencia internacional puede llevar a la desintegracià³n de esta alianza no-santa de los Foros Sociales y la búsqueda de otro camino posible de un bloque internacional antiimperialista contra la guerra al lado de la resistencia del Irak y las masas árabes contra el imperialismo, mientras que las fuerzas moderadas se reunificarán con el liberalismo de izquierda y buscarán su futuro nuevamente en los puestos institucionales.
Los antiimperialistas tiene que contribuir a esta clarificacià³n polàtica. En tiempos de choque las alianzas oportunistas son condenados a romperse en pedazos. Tenemos que estar y quedar dentro de este movimiento y al mismo tiempo oponernos a las corrientes pacifistas y neo-reformistas. Esta lucha puede abrir el camino al crecimiento de las fuerzas antiimperialistas consecuentes y su capacidad de dirigir la oposicià³n contra la globalizacià³n y la guerra. Nuestra mano debe ser limpia de toda relacià³n con las fuerzas que buscan el compromiso con un “imperialismo iluminado y democrático” para estrecharla a los pueblos oprimidos y rebeldes en todas sus formas de lucha.