Revista Alai-Amlatina, Sally Burch
25/11/02, Quito.- Con un margen de 8,7 por ciento de los votos válidos (54,35 contra 45,65, según los resultados oficiales preliminares), Lucio Gutià©rrez fue electo presidente del Ecuador, el dàa de ayer, 24 de noviembre. El candidato ganador, quien asumirá la presidencia el prà³ximo 15 de enero, reafirmà³ que su gobierno se formará sobre la base de la alianza que postulà³ su campaña, compuesta por el partido que fundà³ hace dos años, Sociedad Patrià³tica 21 de Enero (SP21) y el Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik – Nuevo Paàs (MUPP-NP).
El candidato rival, el empresario guayaquileño Ílvaro Noboa del Partido Renovador Institucional Accià³n Nacional (PRIAN), heredero del imperio bananero Noboa y considerado el hombre más rico del paàs, perdià³ por segunda vez consecutiva como finalista en la segunda vuelta (en 1998 fue el contendor de Jamil Mahuad), no obstante una campaña populista, con gran derroche de gastos de su propio bolsillo, en la cual tratà³ de explotar la rivalidad regional entre Costa y Sierra y de descalificar a su contendiente por el apoyo que recibià³ de un partido considerado radical.
El llamado al voto nulo de algunos sectores polàticos, como tambià©n de un sector de intelectuales que se reivindican progresistas, al cual hicieron eco ciertos editorialistas, no tuvo mayor respuesta: el voto nulo no llegà³ al 11% del total emitido.
Para el movimiento indàgena, que constituye el eje de Pachakutik, el resultado representa una gran realizacià³n a la vez que un reto importante. Formado en 1995, Pachakutik se ha ido afirmando en los últimos años en las administraciones locales a su cargo y con su presencia en el Congreso. Pero el resultado electoral actual no se puede entender sin la capacidad de convocatoria nacional que ha logrado la Confederacià³n de Nacionalidades Indàgenas del Ecuador (CONAIE), que con madurez ha sabido conjugar las acciones de rebelià³n y protesta con propuestas que van más allá de sus intereses sectoriales. Ahora el movimiento enfrenta el desafào de cà³mo traducir estas propuestas en programas y medidas, desde dentro del gobierno. Y no faltarán sectores de interà©s que traten de alejar al presidente de la base social que le llevà³ al poder.
Llamado a la convergencia
Luego de conocer el resultado, el coronel (r) Gutià©rrez lanzà³ un llamado a la conformacià³n de una gran convergencia nacional y anticipà³ que otras fuerzas polàticas, además que las de la alianza, podràan tener presencia en su gobierno.
Ratificà³ los cuatro ejes de su programa, que habàa dado a conocer en dàas anteriores, que son: el combate a la corrupcià³n, a travà©s de reformas; la reduccià³n de la pobreza, con à©nfasis en la inversià³n en educacià³n y salud y la creacià³n de trabajo en los sectores no petroleros como el agropecuario, el turàstico y la mineràa; el afianzamiento de la seguridad, en cinco áreas: seguridad social, ciudadana, juràdica, ambiental y alimentaria; y en el plano econà³mico, el mejoramiento de la competitividad del paàs.
Para mejorar la competitividad, los cambios anunciados por Gutià©rrez son, primero, mejorar los servicios, sobre todo el de energàa elà©ctrica, invitando a los inversionistas nacionales o extranjeros para concesionar proyectos hidroelà©ctricos. Segundo, propone bajar las tazas de interà©s, mediante la rebaja de la inflacià³n con austeridad fiscal y fomento a la produccià³n; tercero, reducir algunos impuestos y cuarto, reducir los trámites burocráticos que desalientan la competitividad.
Para lograrlo, sin embargo, tendrá que negociar alianzas en el Congreso, donde SP21 y el Movimiento Pachakutik no tienen mayoràa. Pues, si bien los partidos polàticos tradicionales fueron los grandes perdedores desde la primera vuelta de las elecciones presidenciales, siguen predominando en el escenario parlamentario. El partido con mayor número de diputados es el social-cristiano (PSC), cuyo làder, el ex-presidente Leà³n Febres-Cordero, se perfila como prà³ximo presidente del Congreso. Si bien el PSC no apoyà³ oficialmente ninguna de las candidaturas finalistas, extraoficialmente se considera que sus simpatàas se inclinaban más por Ílvaro Noboa que por Gutià©rrez. Otros bloques importantes del Congreso son la Izquierda Democrática, que se abstuvo de apoyar cualquiera de los dos finalistas, y el Partido Roldosista (PRE) de Abdalá Bucarám, que apoyà³ a Gutià©rrez en la segunda vuelta.
El tiempo no está del lado del nuevo gobierno, pues tres años de dolarizacià³n han significado la dilatacià³n de la crisis econà³mica, más no su resolucià³n, y una nueva crisis como la de 1999 no está descartada. Es más, el resultado electoral significará expectativas de programas sociales, para los cuales Estado cuenta con escasos recursos.