Poetas Antiimperialistas de Amà©rica
Nuestro objetivo es reunir mil poemas o mil autores, es decir, un poema por autor. Despuà©s de lograr nuestro propà³sito, veremos la formula para imprimir una antologàa de obras selectas, en nuestra coleccià³n de libros impresos y gráficos-digitales.(Usted sà³lo podrá agregar un poema de la guerra).
Adrián Pino Varà³n
Diálogo despuà©s de la batalla
Regreso despuà©s de batallar en los campos
con aquellos hombres que sà³lo conocà por el santo y seña
por sus rostros polvorientos tras cada jornada
que se abreviaban cuidándose la espalda
para evitar ser blanco de los fragores diarios
Cada hombre compartàa su propio ángel de la guarda
porque no era fácil cruzar los bosques sin dejar rastro
sin que el aire quedara manchado por nuestros hedores
sin que los ràos presenciaran nuestro ritmo marcial
No habàa tiempo de seguir los cocuyos
que trazaban bajo los cielos nocturnos figuras de infancia
porque el tic tac de la luna
nos anunciaba constantemente la vigilia
y nadie era dueño de su palabra o de sus actos
si acaso de atisbos de sonrisas como piedras desmoronadas
Regreso sin sentirme victorioso o derrotado
sin saber si en verdad alguien tenàa la razà³n
y si mi contienda fue por esta tierra
o del lado del enemigo
que ahora enseña ! como yo las heridas en su cuerpo.
23 Julio 2003 – Colombia
Simeà³n Barroso
Muertos
“los muertos… pues los muertos
a recordarlos”
(Joxemari Ostolaza)
Corren tan cortos los dàas tan yertos,
este invierno, el dàa apresurado
me alarga la noche de costado
sosteniendo los gritos de los muertos.
Tan tumbado, tan quieto, tan helado,
mas allá de esquemas familiares
aplastando jerarquàas tutelares
yo respiro animal abandonado.
Y busco ansiosamente la manada
en postura de lobo solitario
y aspiro un sueño legendario
ahogado en libertad encadenada
con aullido afilado en esta feria
y dientes embotados de fiereza
de tanto pelear por la grandeza
sin haber superado la miseria.
Mas allá de familiares pudores
rehago lentamente la postura
yo quiero intercambiar temperatura
mezclar con otras pieles mis sudores.
Ay
Quà© duros se comen los muertos tan yertos
Asà, desvivo un poco por los otros
intercambiando vida en la manada
Ningún muerto se ha! muerto para nada
si su vida fue tambià©n para nosotros
Y si ahoyamos sus tumbas con las manos
buscando los huesos de la historia
que sea para traer a la memoria
el pan que con su polvo fabricamos.
Resisten tan hondo los pueblos cautivos
el largo camino resulta tan cierto
que grito muy alto palabras de muerto
Yo ahora quiero la vida de los vivos
Corren tan cortos los dias tan yertos,
este invierno, el dia apresurado
me alarga la noche de costado
sosteniendo el recuerdo de los muertos.
Yo recuerdo la vida de mis muertos.
2 Julio 2003 – España