de Iñaki Gil de San Vicente
El Gobierno del PP está enviando a Irak tropas que formarán una brigada iberoamericana integrada en una divisià³n internacional de 9.000 efectivos bajo mando polaco. Esta decisià³n es un paso más en la transformacià³n del capitalismo español en mediana potencia subimperialista que cumple dà³cilmente à³rdenes de EEUU, aprovechándose como las rà©moras se aprovechan de los despojos que dejan los tiburones a los que sirven limpiando sus porqueràas.
Que el Estado español padece una debilidad estructural creciente que le distancia del grueso de los paàses capitalistas dominantes, es algo cada vez más notorio pese a la impresionante campaña propagandàstica para ocultar esa tendencia y aparentar un acercamiento al nivel del capitalismo más desarrollado. Aunque el capitalismo español ha sido uno de los más beneficiados por las ayudas de la UE, estimadas en el 1% del PIB, se ha acrecentado el temible “abismo tecnolà³gico”, uno de sus principales lastres histà³ricos. A medio y largo plazo, lo que condiciona el futuro econà³mico es algo tan simple como la ley de la productividad del trabajo: lleva ventaja quien produce más en el mismo tiempo o lo mismo en menos tiempo, lo que otorga cada vez más importancia al desarrollo tecnocientàfico. En 1995-2001, la productividad del trabajo español ha crecido solamente un 0,81% y todo muestra su incapacidad de despegue.
Además de por su atraso tecnocientàfico, el capitalismo estatal tiene muy difàcil una recuperacià³n sostenida exclusivamente por el tirà³n interno de la demanda y consumo masivos, pues la deuda familiar y el empobrecimiento de las clases populares …la mayoràa de la poblacià³n… ha llegado a un nivel peligroso e inquietante. Aparte de otras alternativas menores para salir del agujero, multiplica la sobreexplotacià³n laboral, sobre todo de mujeres e inmigrantes, y el imperialismo interno, incrementando mediante la violencia y el chantaje los beneficios que extrae de la opresià³n nacional de los pueblos que ocupa. Todas son “soluciones” comunes en la historia burguesa y sus resultados dependen fundamentalmente de la fuerza y decisià³n de lucha de las masas trabajadoras y de los pueblos que se resisten a semejantes atropellos.
Perià³dicamente, la conjuncià³n de las crisis parciales en una crisis sistà©mica hace que esas “soluciones” no sirvan de mucho porque la crisis resultante es cualitativamente mayor. Asà, el capitalismo, de suyo mundial y global por definicià³n, sufre cambios que, como a las vàboras, le hacen mudar de piel pero aumentando la letalidad de su veneno. En estas situaciones llegan a desaparecer estados dà©biles, aparecen otros nuevos y el resto se adapta como puede a la nueva situacià³n,peleándose militar o econà³micamente entre ellos hasta que unos pocos se imponen a la mayoràa formándose bloques imperialistas con sus estados aliados lacayos y serviles. Pero siempre, por debajo de esas disputas secundarias, descargando sobre y contra las mujeres, la clase trabajadora y los pueblos oprimidos los peores costos de la “solucià³n global”. La hondura de la crisis mundial iniciada entre 1968-73 fue y es tal que desde finales de la dà©cada de 1980 las burguesàas imperialistas han forzado una situacià³n asà para intentar salir definitivamente de aquel pantano. Sin analizar ahora en quà© lo han logrado y en quà© no, y los terribles efectos destructores que ello está suponiendo, sà hay que decir que los tres grandes bloques imperialistas actuales, especialmente los EEUU, insisten en esa dinámica.
Este proceso capitalista agrava las tensiones internas españolas, forzando las “soluciones” vistas y tambià©n agrava las externas, incitándole a otras dos “soluciones”, como son la finan- cierizacià³n de su economàa y el subimperialismo de mediana potencia. La financierizacià³n consiste en priorizar los capitales financieros y comerciales sobre los industriales. Fue el PSOE quien inicià³ decididamente la financierizacià³n. Una forma de lograrlo es debilitar los controles a la entrada de capitales exteriores y adaptar la legislacià³n tributaria al capricho de las grandes transnacionales y piratas financieros. El PP ha hecho del Estado un paraàso fiscal dentro de la UE y ha entregado al capital privado los capitales llamados “públicos”. El PSOE entre 1992-96 cedià³ al capital privado un total de 8.438 millones de euros. Pero con el PP ha ascendido hasta 29.716 millones entre 1996 y 2002. Una constante de las privatizaciones del PP es beneficiar, además de a viejos empresarios y terratenientes franquistas, tambià©n a una casta tecnocrática que se está convirtiendo en “nueva” burguesàa fanáticamente reaccionaria, consciente de que todo lo que ha logrado ha sido gracias al amiguismo del PP.
Aquà interviene el subimperialismo en Amà©rica Latina. El PP creà³ en 2000 la Fundacià³n Carolina, destinada a coordinar el vampirismo de las 24 multinacionales más importantes del Estado. La casta tecnocrática acelera su conversià³n en “nueva” burguesàa mediante el masivo expolio sudamericano. Las inversiones españolas en Argentina ascendieron de 1.809 millones de euros en 1995 a 18.726 millones en 2000, y el saqueo español ha sido uno de los fundamentales detonantes del desastre argentino.
Otro instrumento es expandir la industria cultural española, que a comienzos de 2003 suponàa el 6,5% del PIB estatal y el 9% de su poblacià³n activa. El PP se ha volcado en controlar esta industria estratà©gica con claros objetivos polàticos, econà³micos e ideolà³gicos.
Pero la financierizacià³n, el subimperialismo y la salida de la actual crisis solamente pueden imponerse si el Estado se pliega a la voluntad de los EEUU. Aunque el 60,8% de las exportaciones se venden en la UE, la burguesàa sabe que no tiene competitividad suficiente y que debe compensarla con la ayuda del “amigo americano”, que ofrece más ventajas que la UE, obteniendo garantàas de que sus multinacionales no sufrirán más obstáculos norteamericanos en Iberoamà©rica y con el premio a 50 grandes empresas para reconstruir lo que previamente ha destruido en Irak, mientras que el grueso de las empresas europeas ha sido vetado. Otras ayudas son propagandàsticas y para frenar el desarrollo tecnocientàfico de la UE, como la propuesta de los EEUU de que la fusià³n nuclear se investigue en el Estado español en vez de en el francà©s, que cuenta con muy superiores medios.
Financierizacià³n y subimperialismo son inseparables del militarismo necesario para defender, con la ayuda yanki, las inversiones exteriores que han ascendido del 0,9% del PIB en 1996 al 9,3% en 2000. El Estado español, que, tras el Reino Unido y los EEUU, es el que más porcentaje de las inversiones en I+D dedica a la militarizacià³n, ha anunciado que el gasto en investigacià³n militar aumentará un 20% en los tres prà³ximos años. Por eso el PP manda tropas a Irak, como las mandaràa a Plutà³n si lo ordena Bush.
La principal leccià³n que debemos extraer de todo esto es la urgencia de acelerar la independencia de nuestro pueblo. No hay otra alternativa. –