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Solidaridad con el dirigente revolucionario colombiano Simón Trinidad, secuestrado por el régimen

9. January 2004

Declaracià³n del Campo Antiimperialista

El 2 de enero fue detenido en Quito, Ecuador, el destacado dirigente revolucionario colombiano, miembro de las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejercito del Pueblo), Simà³n Trinidad. De hecho su detencià³n representa un secuestro que viola todos los derechos humanos y democráticos y muestra la forma escandalosa con la cual el imperialismo yanqui pisotea el derecho internacional y la soberanà­a de los paà­ses latinoamericanos con el aval de sus gobiernos tà­teres en contra de la voluntad de los pueblos por una verdadera autodeterminacià³n bolivariana de las naciones latinoamericanas.

Según las informaciones de prensa el compañero Simà³n Trinidad fue detenido por casualidad en un operativo de control rutinario de la policà­a ecuatoriana. Este hecho ya falsifica el triunfalismo de la dictadura de la “seguridad democrática” de Uribe Và©lez que su detencià³n fue un triunfo de su polà­tica de guerra total contra el pueblo y sus organizaciones de lucha.
Apenas confirmada la identidad del revolucionario colombiano, con apoyo de agentes de la CIA. y complicidad del gobierno de Lucio Gutià©rrez a Simà³n Trinidad le fueron negados todos los derechos garantizados por la constitucià³n ecuatoriana y el derecho internacional a los opositores perseguidos por rà©gimen dictatoriales y anti-democráticos, fue secuestrado y extraditado sin mas procedimiento judicial y por lo tanto de forma ilegal a Colombia. Pero ya las primeras imágenes del revolucionario secuestrado, gritando “Vivan las FARC”, fueron otro golpe a la propaganda uribista del à©xito de su polà­tica guerrerista basada cada vez mas en montajes mediáticos irreales sobre una guerrilla debilitada y derrotada.

La detencià³n de Simà³n Trinidad sin embargo es simbà³lico para la desesperada escalada de guerra contra el pueblo de Uribe deteniendo a uno de los voceros de las FARC-EP en el proceso de diálogo de Cagúan con el anterior gobierno de Andrà©s Pastrana donde la organizacià³n insurgente buscaba una paz verdadera con justicia social por el camino de la solucià³n pacà­fica del conflicto social y aramada. Este esfuerzo fue acabado por la polà­tica terrorista de guerra del imperialismo norteamericano y la oligarquà­a colombiana, fiel a sus intereses elitistas de clase contra todo cambio social y democrático a favor de las mayorà­as.

La derrota de Uribe Và©lez en su referendo para imponer el autoritarismo presidencialista y asegurar la entrega eterna del paà­s a los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la continuada resistencia popular y guerrillera, a pesar del terror contra las organizaciones campesinas, estudiantiles, obreras y de oposicià³n democrática y antiimperialista, cada vez mas están golpeando las ilusiones fascistas del establecimiento y las clases medias urbanas a lograr la estabilidad y tranquilidad para las minorà­as de las clases privilegiada sobre la tumba de la rebeldà­a popular e insurgente y con esto el rà©gimen de Uribe cada vez pierde su precario consenso incluso en esta minorà­a acomodada, cada vez mas se está aislando y debilitando, incapaz de actuar de otra forma que la dictadura presidencialista-militar y la guerra abierta contra el pueblo.

La propaganda barata de los grandes medios oligárquicos – su triunfalismo ridà­culo del “golpe mas duro en toda la historia de las FARC” con la “captura del numero cuatro en la jerarquà­a de la organizacià³n” no será suficiente para engañar sobre el hecho que la insurgencia colombiana es una actor polà­tico-militar con profundas raà­ces histà³ricas y en amplios sectores populares de Colombia, que no habrá paz sin justicia social, o por la và­a del diálogo sobre transformaciones profundas democráticas y sociales, anti-oligárquicas y antiimperialistas del paà­s, o por la và­a de las armas en la guerra revolucionarias del pueblo.

El fanatismo y delirio guerrerista de Uribe, hijo fiel de su amo Bush, tiene que recurrir cada vez mas a violaciones de los mas elementales principios de un Estado de derecho, de las normas básicas de los derechos humanos y del derecho internacional, legalizando el paramilitarismo de Estado con unas “negociaciones de paz” con sus propios asesinos, imponiendo un Estado de excepcià³n permanente y una administracià³n militar en amplias zonas campesinas del paà­s y pisoteando todos los esfuerzos pacifistas de sectores de la iglesia e incluso de delegados de las Naciones Unidas a llegar a acuerdos mà­nimos de humanizacià³n del conflicto como es el acuerdo humanitario o canje de presos de guerra.

En esta situacià³n varias organizaciones populares y campesinas, unidas en la Red RECORRE, han declarado su desconocimiento del sistema judicial colombiano que no les garantiza las mà­nimas seguridades ni para una simple defensa jurà­dica, y su condicià³n de presos de conciencia por ser perseguidos y encarcelados masivamente por ejercer su elemental derecho a la disidencia polà­tica y la oposicià³n organizada. Esto es una muestra que Colombia no es un Estado de Derecho, que los regà­menes vasallos del imperio que los yanquis quieren imponer a sangre y fuego, se convierten en verdaderos cárceles de los pueblos, negándoles sus derechos de autodeterminacià³n, organizacià³n, libre expresià³n y una vida digna.

Los antiimperialistas expresamos nuestra plena solidaridad a las FARC-EP como principal garantà­a para restablecer la soberanà­a del pueblo colombiano, conquistar sus derechos sociales y polà­ticos y su anhelo por una paz con justicia social. La historia colombiana y los ejemplos de las luchas de liberacià³n de los pueblos han demostrado que sà³lo la resistencia, el pueblo organizado que golpea y debilita a la oligarquà­a y al imperialismo pueden conquistar estos derechos imprescindibles para una paz justa, verdadera y duradera. Son las resistencias como en Irak, Palestina y Colombia que hoy defienden las normas elementales del derechos a la autodeterminacià³n, la soberanà­a, la democracia y la justicia social para todos los pueblos, obligadas a tomar las armas para conquistarlas contra el imperialismo yanqui y sus tà­teres dictatoriales militaristas.

Desde la solidaridad antiimperialista exigimos que se respete y garantice la integridad fà­sica, los derechos humanos y los derechos internacionales para los presos polà­ticos y de guerra al compañero Simà³n Trinidad!

Libertad para Simà³n Trinidad – Libertad para todos los presos polà­ticos!
Abajo con el gobierno pro-imperialista y dictatorial de Uribe Và©lez!
Por la paz con justicia social – solidaridad con las FARC-EP!

Campo Antiimperialista

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