Declaracià³n del Campo Antiimperialista
El 2 de enero fue detenido en Quito, Ecuador, el destacado dirigente revolucionario colombiano, miembro de las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejercito del Pueblo), Simà³n Trinidad. De hecho su detencià³n representa un secuestro que viola todos los derechos humanos y democráticos y muestra la forma escandalosa con la cual el imperialismo yanqui pisotea el derecho internacional y la soberanàa de los paàses latinoamericanos con el aval de sus gobiernos tàteres en contra de la voluntad de los pueblos por una verdadera autodeterminacià³n bolivariana de las naciones latinoamericanas.
Según las informaciones de prensa el compañero Simà³n Trinidad fue detenido por casualidad en un operativo de control rutinario de la policàa ecuatoriana. Este hecho ya falsifica el triunfalismo de la dictadura de la “seguridad democrática” de Uribe Và©lez que su detencià³n fue un triunfo de su polàtica de guerra total contra el pueblo y sus organizaciones de lucha.
Apenas confirmada la identidad del revolucionario colombiano, con apoyo de agentes de la CIA. y complicidad del gobierno de Lucio Gutià©rrez a Simà³n Trinidad le fueron negados todos los derechos garantizados por la constitucià³n ecuatoriana y el derecho internacional a los opositores perseguidos por rà©gimen dictatoriales y anti-democráticos, fue secuestrado y extraditado sin mas procedimiento judicial y por lo tanto de forma ilegal a Colombia. Pero ya las primeras imágenes del revolucionario secuestrado, gritando “Vivan las FARC”, fueron otro golpe a la propaganda uribista del à©xito de su polàtica guerrerista basada cada vez mas en montajes mediáticos irreales sobre una guerrilla debilitada y derrotada.
La detencià³n de Simà³n Trinidad sin embargo es simbà³lico para la desesperada escalada de guerra contra el pueblo de Uribe deteniendo a uno de los voceros de las FARC-EP en el proceso de diálogo de Cagúan con el anterior gobierno de Andrà©s Pastrana donde la organizacià³n insurgente buscaba una paz verdadera con justicia social por el camino de la solucià³n pacàfica del conflicto social y aramada. Este esfuerzo fue acabado por la polàtica terrorista de guerra del imperialismo norteamericano y la oligarquàa colombiana, fiel a sus intereses elitistas de clase contra todo cambio social y democrático a favor de las mayoràas.
La derrota de Uribe Và©lez en su referendo para imponer el autoritarismo presidencialista y asegurar la entrega eterna del paàs a los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la continuada resistencia popular y guerrillera, a pesar del terror contra las organizaciones campesinas, estudiantiles, obreras y de oposicià³n democrática y antiimperialista, cada vez mas están golpeando las ilusiones fascistas del establecimiento y las clases medias urbanas a lograr la estabilidad y tranquilidad para las minoràas de las clases privilegiada sobre la tumba de la rebeldàa popular e insurgente y con esto el rà©gimen de Uribe cada vez pierde su precario consenso incluso en esta minoràa acomodada, cada vez mas se está aislando y debilitando, incapaz de actuar de otra forma que la dictadura presidencialista-militar y la guerra abierta contra el pueblo.
La propaganda barata de los grandes medios oligárquicos – su triunfalismo ridàculo del “golpe mas duro en toda la historia de las FARC” con la “captura del numero cuatro en la jerarquàa de la organizacià³n” no será suficiente para engañar sobre el hecho que la insurgencia colombiana es una actor polàtico-militar con profundas raàces histà³ricas y en amplios sectores populares de Colombia, que no habrá paz sin justicia social, o por la vàa del diálogo sobre transformaciones profundas democráticas y sociales, anti-oligárquicas y antiimperialistas del paàs, o por la vàa de las armas en la guerra revolucionarias del pueblo.
El fanatismo y delirio guerrerista de Uribe, hijo fiel de su amo Bush, tiene que recurrir cada vez mas a violaciones de los mas elementales principios de un Estado de derecho, de las normas básicas de los derechos humanos y del derecho internacional, legalizando el paramilitarismo de Estado con unas “negociaciones de paz” con sus propios asesinos, imponiendo un Estado de excepcià³n permanente y una administracià³n militar en amplias zonas campesinas del paàs y pisoteando todos los esfuerzos pacifistas de sectores de la iglesia e incluso de delegados de las Naciones Unidas a llegar a acuerdos mànimos de humanizacià³n del conflicto como es el acuerdo humanitario o canje de presos de guerra.
En esta situacià³n varias organizaciones populares y campesinas, unidas en la Red RECORRE, han declarado su desconocimiento del sistema judicial colombiano que no les garantiza las mànimas seguridades ni para una simple defensa juràdica, y su condicià³n de presos de conciencia por ser perseguidos y encarcelados masivamente por ejercer su elemental derecho a la disidencia polàtica y la oposicià³n organizada. Esto es una muestra que Colombia no es un Estado de Derecho, que los regàmenes vasallos del imperio que los yanquis quieren imponer a sangre y fuego, se convierten en verdaderos cárceles de los pueblos, negándoles sus derechos de autodeterminacià³n, organizacià³n, libre expresià³n y una vida digna.
Los antiimperialistas expresamos nuestra plena solidaridad a las FARC-EP como principal garantàa para restablecer la soberanàa del pueblo colombiano, conquistar sus derechos sociales y polàticos y su anhelo por una paz con justicia social. La historia colombiana y los ejemplos de las luchas de liberacià³n de los pueblos han demostrado que sà³lo la resistencia, el pueblo organizado que golpea y debilita a la oligarquàa y al imperialismo pueden conquistar estos derechos imprescindibles para una paz justa, verdadera y duradera. Son las resistencias como en Irak, Palestina y Colombia que hoy defienden las normas elementales del derechos a la autodeterminacià³n, la soberanàa, la democracia y la justicia social para todos los pueblos, obligadas a tomar las armas para conquistarlas contra el imperialismo yanqui y sus tàteres dictatoriales militaristas.
Desde la solidaridad antiimperialista exigimos que se respete y garantice la integridad fàsica, los derechos humanos y los derechos internacionales para los presos polàticos y de guerra al compañero Simà³n Trinidad!
Libertad para Simà³n Trinidad – Libertad para todos los presos polàticos!
Abajo con el gobierno pro-imperialista y dictatorial de Uribe Và©lez!
Por la paz con justicia social – solidaridad con las FARC-EP!
Campo Antiimperialista