Del equipo periodistico de Aporrea.org
Fuente: Aporrea.org
Estimado Compatriota Presidente,
Creyendo expresar el sentimiento de grandes sectores del pueblo venezolano, deseamos transmitirle, en ocasià³n de este quinto aniversario de la toma de posesià³n del gobierno revolucionario que usted encabeza, nuestros mayores deseos para que siga adelante liderando el proceso de transformacià³n y nuestra total disposicià³n para luchar y contribuir a impulsar junto a usted y a todo el pueblo venezolano los pasos que el Paàs necesita dar para lograr avances decisivos hacia la conquista de una sociedad más justa y poseedora de un mayor bienestar general.
El pueblo venezolano ha depositado su más generosa confianza en usted como su làder máximo por encabezar el proceso de transformacià³n que siempre ha querido, por las muestras de honestidad y valentàa que ha dado al enfrentar a sus enemigos, por la claridad de su palabra, por su humildad ante los oprimidos al considerarse como uno más entre millones.
Durante este año que a penas empieza, volverá a demostrarse que la mayoràa del pueblo quiere profundizar este proceso revolucionario que ya está en marcha y tendremos que terminar de derrotar definitivamente al golpismo y a la derecha.
A nosotros, los integrantes del equipo editorial de Aporrea.org, nos anima el optimismo y la esperanza. Sin embargo queremos comentarle fraternalmente lo que creemos entender y es que este hermoso pueblo está percibiendo, rodilla en tierra y con indignacià³n, siempre a su lado, cà³mo en muchas ocasiones se atenta contra el proceso revolucionario de cambios, desde posiciones de poder institucional y de direccià³n polàtica del propio gobierno y cà³mo se han venido haciendo concesiones a los agentes de la oligarquàa y del golpismo.
El pueblo se movilizà³ y se organizà³ y lo seguirá haciendo para avanzar en las transformaciones y en sus conquistas, y al mismo tiempo, observa a sus enemigos. Dejà³ de ser ingenuo y aunque cree en usted, ya no lo hará ciegamente con otros dirigentes.
Nuestro sitio web recibe a diario y refleja toda clase de denuncias que vienen de los sectores populares, de los luchadores sociales, de los que están defendiendo el Proceso en las calles, en las comunidades y en los centros de trabajo. Muchas de esas denuncias han resultado ser ciertas. Otras no tanto. Otras simplemente reflejan sospechas o inquietudes. Sà, podemos afirmar que el pueblo está inquieto y ansioso, y está vigilante con quienes se visten de bolivarianos pero dan señas equàvocas. Quizás, se pudiese pensar que el pueblo exagera. Tal vez.
Quizás el “tremendismo” sea la respuesta popular intuitiva e instintiva, a la falta de respuestas y aclaratorias. A veces el pueblo se torna susceptible y quizás vea “fantasmas”. Pero… ¿Y si se tratase de algo más que fantasmas? ¿Y si realmente existen Judas disfrazados de bolivarianos? El pueblo ve el celaje y tambià©n las fauces de la corrupcià³n, de la inconsecuencia y de la traicià³n que le sigue espantando y se asoma desde distintos rincones, como lo hizo en abril y en diciembre del 2002 y va envuelto en la mortaja de la impunidad.
El pueblo necesita urgentemente respuestas a sus interrogantes. ¿Por quà©, por ejemplo, el Ministerio del Trabajo no actúa con verdadera contundencia ante decenas de miles de despidos injustificados e ilegales que violan descaradamente del decreto de inamovilidad laboral?
¿Porquà©, por ejemplo, a grandes constructoras, financistas del paro golpista, se le sigue dando jugosos contratos de construccià³n en gobernaciones y otros organismos del Estado?
¿Porquà©, por ejemplo, no se ha explicado la razà³n para continuar manteniendo a connotados golpistas y antipatriotas en el Servicio Exterior?
¿Porquà© no nos explican hechos como la absurda jubilacià³n de Adolfredo Sáez, Director corporativo del Servicio de Salud de la PDVSA “meritocrática”, que firmà³ 14.000 reposos mà©dicos ilegales? ¿Por quà© tal premio en lugar de botarlo como el delincuente que es?
¿Por quà©, los golpistas asesinos de abril, los criminales saboteadores de la industria petrolera y sus cà³mplices, aún no están enfrentando juicios ni pagando cárcel e indemnizaciones por los delitos cometidos y los daños causados?
El pueblo está a la expectativa de que este año tendrá la satisfaccià³n de conocer estas sinrazones. Y, si existen explicaciones, el pueblo será capaz de comprender y aceptar.
Está a la expectativa de saber quà© es lo que realmente pasa en PDVSA y que se ejerza de verdad en su seno la soberanàa de los trabajadores y el pueblo.
Está a la expectativa de que le llegue la hora a los conspiradores instalados dentro de las instituciones, las gobernaciones y en las alcaldàas reconocidas como bolivarianas.
Está a la expectativa de que no se permita el fraude electoral de la derecha golpista que quisiera reeditar el fracasado golpe en abril de 2002 en el referà©ndum revocatorio.
Está a la expectativa de que los candidatos bolivarianos a cargos públicos reflejen el sentir de las bases y sean ellas quienes los escojan.
Está a la expectativa de acabar con la impunidad de tantos delincuentes: que haya cárcel y castigo para los golpistas, para los secuestradores, para los saboteadores y promotores del paro patronal, para los policàas y militares asesinos y para los medios de comunicacià³n que continúan envenenando nuestras mentes.
Compartimos con el resto del pueblo venezolano que lo respalda la satisfaccià³n de ver ponerse en práctica planes masivos para la agricultura, la educacià³n, la salud de los más pobres y tambià©n para la pequeña y mediana industria no petrolera. Nos complace, no sà³lo porque son polàticas que todo paàs que de verdad quiere desarrollarse debe implementar, sino porque en nuestro caso son planes donde la participacià³n activa del pueblo organizado es un componente esencial.
Estamos seguros de que el año 2004 será un año de triunfos y de importantes avances para el proceso revolucionario de cambios que usted lidera. El equipo editorial de Aporrea.org y sus miles de lectores-colaboradores intensificaremos nuestros esfuerzos para lograr esos triunfos y ayudar al paàs a encaminarse por la senda del desarrollo con justicia y paz para todos.
¡Adelante, comandante!