Solidaridad con Luz Perly y los presos pà³liticos colombianos
En la cárcel de mujeres “El Buen Pastor” en Bogotá está recluida la dirigente campesina Luz Perly Cà³rdoba, junto con docenas de otras presas polàticas. Están obligadas a dormir en la suciedad del suelo, y sus bebes crecerán tras las rejas.
19.04.2004 (Por Alfredo Castro, ANNCOL) “Estas mujeres viven cada dàa como si fuera el último,” cuenta la periodista Sara Cifuentes del semanario colombiano VOZ.
Cifuentes conoce de cerca la desesperada situacià³n de las presas recluidas en la cárcel “El Buen Pastor”. A las mujeres les falta leche, pañales, colchonetas, y juguetes para sus niños. Duermen en el piso hacinadas.
Para Cifuentes, “son un ejemplo de tenacidad, valentàa y solidaridad. Guardan para sà y para sus hijos presos la esperanza de un mundo mejor, ese mundo que hoy les niega la leche, los pañales y las medicinas para sus bebà©s.”
Hay 84 internas en el patio sexto de El Buen Pastor. De estas 84 hay 55 sindicadas por varios cargos entre los que están rebelià³n y terrorismo, pero tan solo 29 están condenadas, 10 de ellas con penas entre 16 y 40 años. A las restantes no se les ha demostrado su culpabilidad, pero siguen detenidas, muchas de ellas junto con sus hijitos.
Varias son victimas de las llamadas pescas milagrosas, detenciones masivas por parte de las Fuerzas Armadas con el motivo de capturar a opositores del rà©gimen.
Una de las presas es la dirigente de la federacià³n campesina FENSUAGRO, Luz Perly Cà³rdoba. Conocida como una energà©tica defensora de los derechos de los campesinos, se encuentra recluida, sindicada de rebelià³n.
En una carta enviada a ANNCOL desde El Buen Pastor, escribe:
“Hay cientos de dirigentes populares y campesinos que hoy al igual que yo se encuentran privados de la libertad, alejados de sus familias y de sus comunidades, acusados de rebelià³n, como producto de la intolerancia de un rà©gimen que se a dado en satanizar y estigmatizar como rebeldes a todos aquellos quienes nos atrevemos a diferir y disentir de sus inaceptables polàticas econà³micas y sociales.”
Agrega que a pesar de las persecuciones, “no renunciaremos a nuestra lucha y nuestros sueños, que hoy más que nunca tienen vigencia.”
En cada una de las celdas del patio sexto de la cárcel de mujeres deben dormir dos internas:una en el piso y otra en el planchà³n. Hay seis madres con bebà©s entre los dos y nueve meses de nacidos y una niña de tres años.
“Pero las cosas son más difàciles de lo que se cree,” explica Sara Cifuentes.
“De las 84 internas, 63 son cabeza de familia. Hay 20 mujeres con un hijo, 17 con dos hijos, 11 con tres, nueve con cuatro y tres con cinco.”