Entrevista a Miguel Urbano sobre la situacià³n en Colombia
Por Núcleo Mexicano de Apoyo a las FARC-EP
Tomado de Rebelià³n
Web: http://www.rebelion.org
Miguel Urbano es periodista, escritor y militante del Partido Comunista de Portugal
Desde Mà©xico percibimos que existe un fuerte cerco informativo en torno al conflicto social y armado que vive Colombia. Actualmente, incluso personas que analizan la realidad y los conflictos que viven distintos paàses del mundo, no voltean la mirada hacia la realidad colombiana. ¿Cuál es su opinià³n al respecto?
En la actualidad hay un fenà³meno mundial: el control de los medios masivos de informacià³n por parte de los grandes grupos. Esto es un problema que se da en todo el mundo, pero no voy a ahondar en el tema, pues se trata de un asunto que han estudiado ya ampliamente especialistas como Noam Chomsky e Ignacio Ramonet en varios libros que son del conocimiento público, pero en el caso particular de Colombia hay que decir que el tipo de cerco impuesto es total, debido a que en aquà©l paàs existe un movimiento revolucionario que amenaza al sistema. Es por esto que se cierran completamente las puertas de los medios de informacià³n al asunto colombiano.
Las FARC, una guerrilla que existe desde hace 40 años, que resiste, es una verdadera amenaza para el Estado colombiano que, con todo el apoyo del imperialismo, con un tipo de intervencià³n no ostensible -porque en realidad si hay una intervencià³n-, da como resultado una unià³n sagrada de esfuerzos a nivel nacional e internacional para silenciar la historia de la guerrilla y confundirla con la del narcotrafico.
Es bien conocido que fue un ex embajador de Estados Unidos en Colombia, Luis Stamb, titular de los servicios de inteligencia, el que invento la frase de la narco-guerrilla para quitarle a las FARC credibilidad.
Yo conozco mucha gente seria, incluso en la izquierda, en Europa, que sigue creyà©ndose el cuento de la “guerrilla del narcotrafico”, aunque no sepa nada de Colombia. Eso funcionà³.
La segunda cuestià³n sobre la cual nos interesa su opinià³n es acerca del actual presidente colombiano, Alvaro Uribe Và©lez (AUV). Queremos que nos diga quià©n es, cuál es su ideologàa, cuáles son los estratos y grupos de poder que lo sostienen, y quà© representa para Colombia y Amà©rica Latina
En varios artàculos ya he expresado mi opinià³n sobre à©sto. Uribe es un fascista que no puede asumirse como tal porque en Colombia hay una fachada democrática, hay una fachada institucional en el Estado, hay aspectos formales, un congreso que está supuestamente abierto, es por à©sto que no puede declararse fascista, pero sin duda AUV es un fascista.
En otro contexto, en la España de Franco por ejemplo, en la Italia de Mussolini, en la Alemania de Hitler, en el Portugal de Salazar, Uribe seria un alto cuadro del sistema fascista, porque toda su ideologàa y todo su discurso polàtico es el discurso del fascismo.
En Europa, por ejemplo, su viaje fue un desastre. Yo he estado muchas veces en la sala del parlamento -he sido diputado europeo. De un total de 630 eurodiputados, buena parte lo saludà³ con carteles donde le decàan que era un fascista, porque verdaderamente ningún diputado aceptà³ su discurso y su teoràa de la Seguridad Democrática, discurso que incluso para las burguesàas europeas es muy duro, porque tiene evidente olor a fascismo.
Su concepcià³n del millà³n de “sapos” -como llaman en Colombia a los delatores-, tiene mucha semajanza con lo que los europeos conocemos como fascismo; de igual manera, su falta de respeto por las instituciones es evidente, como en el caso del referendo que perdià³. Inmediatamente despuà©s de conocidos los resultados del referendo, Uribe comenzà³ a hacer alianzas con los partidos polàticos por fuera del parlamento para imponer los resultado que no pudo obtener mediante el referendo. Su concepcià³n sobre la seguridad, que no es otra cosa que más represià³n, lo configura como un fascista.
Hemos leàdo en sus artàculos sobre la experiencia que ha tenido usted de convivir con las FARC-EP en sus campamentos, asà como de su presencia en San Vicente del Caguán durante los diálogos que sostuvieron las FARC-EP con el gobierno de Pastrana. Digamos, tiene una experiencia directa y por eso su testimonio nos parece muy importante sobre lo que ha sucedido actualmente en Colombia. Queremos preguntarle sobre la importancia que tiene actualmente la lucha que libran las FARC-EP y, desde su punto de vista, ¿cuál es la perspectiva de esta lucha?
Yo empleo aveces la palabra resistir, mejor dicho la empleo con mucha frecuencia. En este momento, cuando el poder econà³mico y mediático (y su capacidad de controlar la informacià³n) llevà³ al pesimismo a nivel mundial -tanto que hizo creer que el imperialismo era invencible, y que no se podàa luchar contra à©l- se hizo presente el reformismo. En este contexto se han hecho presentes fuerzas polàticas, incluso de izquierda, que dicen querer humanizar al capitalismo, cosa que evidentemente no es posible y que pareciera decir: “vamos a hacer un capitalismo menos malo, reformarlo”. Sin embargo hay otras tendencias en la izquierda, de las cuales comparto su opinià³n, que dicen que el capitalismo no es humanizable por esencia, sino deshumanizante, y que lo que queda entonces es luchar.
La lucha de las FARC en Colombia es un ejemplo de que es posible resistir. En Colombia está la prueba, de que en determinadas circunstancias histà³ricas, geográficas, econà³micas, etc. se puede resistir por medio de las armas.
En Colombia, despuà©s de 40 años de lucha, las FARC resisten y siguen siendo una amenaza que puede reproducir una fuerza combatiente del tipo de las FARC en otro paàs, aunque hay que aclarar que no hay transposiciones mecánicas.
Para toda la humanidad progresista el ejemplo de las FARC, como el ejemplo de Cuba, como en este momento – aunque sea completamente distinto, ya que en este caso se intentan hacer transformaciones conquistando los espacios institucionales – el ejemplo de la Venezuela Bolivariana, son de suma importancia, ya que conforman un triángulo de resistencia en Amà©rica. Las FARC son un desafào insoportable para el imperialismo.
Hay sectores de intelectuales y movimientos progresistas que aseguran que las FARC son una organizacià³n que perdià³ la perspectiva polàtica, e insisten en que se trata sà³lo de una cuestià³n militar. ¿Cuál es su opinià³n al respecto?
Yo tuve la oportunidad, como te mencionà© antes, de pasar tres semanas en un campamento de las FARC. Para mi fue una experiencia de una riqueza total en todos los aspectos, y puedo asegurarte que pocas veces en la vida he encontrado revolucionarios como à©stos, desde los Comandantes -ya que tuve la oportunidad de conocer miembros del Estado Mayor Central y del Secretariado, como el Comandante Raúl Reyes -, hasta los combatientes, la base. Yo todas las noches tenàa con ellos charlas sobre historia -historia contemporánea e historia antigua de Amà©rica Latina- y sobre esto escribà varios artàculos que fueron publicados sà³lo en el Brasil y Portugal.
Puedo decirte que las FARC son una organizacià³n que combate por ideales, son una organizacià³n polàtico militar que combate en circunstancias muy especiales, pero tienen la estructura tambià©n de un Partido Comunista armado ideolà³gicamente, son un partido que asumen la herencia marxista, el pensamiento de Lenin y el pensamiento Bolivariano. A mà me impresionà³ mucho ver a combatientes de lo mas sencillo que hay, que apenas están alfabetizándose, charlar sobre las guerrillas peruanas de los años sesenta, sobre la guerrilla del à‘ancahuazú, sobre las guerrillas urbanas, etc. Esto me parece que comprueba que para ser marxista no se necesita haber leàdo el Capital o ser acadà©mico, sino actuar como marxista.
En estos combatientes habàa una asimilacià³n interesantàsima de la practica del marxismo. Igualmente, me parece importante esa conciencia revolucionaria que va acompañada de una fuerte conciencia de clase, compartida por gente de varios oràgenes sociales.
Hablando con algunos comandantes y con algunos amigos que viven por aquà y por allá en la vida clandestina y que acuden a eventos internacionales, cuando tomaba la palabra algún dirigente de las FARC -con seudà³nimos-, coincidàamos siempre en que eran las mejores intervenciones, las mejor estructuradas ideolà³gicamente, ya que demostraban ser un partido con una sà³lida concepcià³n de la transformacià³n de la vida y la historia.
Todo esto podàa verse cuando existàa la mesa de dialogo en el nivel que habàa en las participaciones de las FARC. Fue en el fondo la hipocresàa del gobierno de Pastrana la que termino con el dialogo, ya que se sentaba a la mesa con acuerdos que el gobierno habàa tomado previamente para empantanar la discusià³n. Asà que la culpa del fracaso de los diálogos no es de las FARC, como suelen repetir hasta el cansancio los medios, sino del Estado colombiano, representado en este caso por el Alto Comisionado para la Paz, quien actuaba conforme a las directrices dadas por el ex presidente Pastrana.
Por eso me parece una mentira grosera decir que las FARC son una organizacià³n militar sin ideologàa. Es una organizacià³n que actúa bajo el concepto de lograr una sociedad y un proyecto; que busca una sociedad colombiana donde las más diversas fuerzas progresistas actúen por la transformacià³n y por construir una Colombia democrática posible dentro de un determinado concepto.
Para finalizar, queremos que nos hable un poco sobre la cuestià³n del intercambio de prisioneros propuesto por las FARC-EP al gobierno colombiano, tema que actualmente tiene especial relevancia en Colombia. ¿ Cree usted necesario tal intercambio de prisioneros?
Yo creo que si hay algo a lo que Uribe le tiene miedo, es justamente al canje. Incluso ha cometido errores groseros, como por ejemplo permitir que la iglesia y algunos ex presidentes -particularmente Là³pez Michelsen- hicieran contactos con las FARC para despuà©s dar marcha atrás y no aceptar lo que à©l mismo habàa propiciado. Yo creo que su hipocresàa no es más que miedo a un proceso de canje trasparente.
Esto es un punto muy dà©bil de Uribe, ya que, por un lado tiene sectores muy significativos como la iglesia catà³lica, que está por el canje y que han podido ver su hipà³crita posicià³n. Los gobiernos extranjeros tambià©n han conocido esta hipocresàa, como en el caso de Francia y la mediacià³n de este gobierno por Ingrid Betancourt; y sobre todo, hipocresàa para con las familias de los prisioneros de guerra en poder de las FARC. A nivel internacional hay una opinià³n mayoritaria a favor del canje.
Yo estaba en la Macarena cuando las FARC, unilateralmente, liberaron a mas de 400 prisioneros. Aquello fue una demostracià³n dolorosa, donde periodistas y embajadores de la comisià³n facilitadora se dieron cuenta de la voluntad de la guerrilla.
Dicen que las FARC son dà©biles, ¿como es entonces que las FARC pueden concentrar a mas de 300 prisioneros frente a personas venidas de todas las regiones del paàs (algunas incluso tuvieron que atravesar todo el paàs para llegar)? Esto es sàntoma de la capacidad de las FARC y de la incapacidad de las Fuerzas Militares de Colombia para resolver el problema. Y cada vez que el gobierno intentà³ lo que hacen llamar “liberar secuestrados” (rescate a sangre y fuego), los resultados fueron muy negativos, como en el reciente caso del ex gobernador de Antioquia Gilberto Echeverri.
Hay una presià³n cada vez mayor por parte de las familias y, al no ser escuchados, aparece una prueba más de que Uribe es un fascista. Su negativa al canje es una prueba más de la estructura fascista de su pensamiento. Desde luego resalta su hipocresàa y su fascismo al dialogar con los paramilitares, diálogos que le han valido ahora incluso la censura del Comisario Europeo Chiris Patterson, en su reciente visita a Europa. Su intransigencia en la cuestià³n del canje contribuyà³, a mi juicio, decisivamente para el fracaso de su visita a Europa. Queda demostrado con esto su carácter, digo yo, intrànsecamente fascista.
Ciudad de Mà©xico febrero 2004