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Colombia: Acerca de los logros

16. October 2004

Comisià³n Internacional de las FARC-EP

El acuerdo de Los Pozos, suscrito por el Presidente Pastrana y el Comandante Marulanda en febrero de 2001, relanzà³ el proceso de paz en un momento de dificultades. La solucià³n polà­tica al conflicto interno es el inicio de un nuevo modelo democrático de las relaciones entre el Estado colombiano y sus ciudadanos, y es el principio de la construccià³n conjunta de una nueva sociedad en paz y en progreso, basada en la equidad, el respeto de los derechos y las libertades de las mayorà­as eternamente excluidas y vilipendiadas por los ricos en el poder, rematan en su comunicado fechado el ocho de octubre, la Comisià³n Internacional de las FARC. en la foto Camilo Gà³mez y Alfonso Cano en Los Pozos

12.10.2004 [ANNCOL] Damos a conocer a todos nuestros lectores un documento de la Comisià³n Internacional de las FARC, divulgado por esta organizacià³n insurgente en dà­as pasados.

Logros en diálogos Pastrana- FARC-EP

De las conversaciones de paz adelantadas por la insurgencia de las FARC-EP y el gobierno de Pastrana, se destacan entre otros los siguientes logros:

Los 12 puntos de la Agenda Común para el cambio, firmados en la Machaca. Agenda común que sin lugar a dudas constituye el logro mas importante de las conversaciones, porque ahà­ están contenidos los temas polà­ticos, sociales y econà³micos de cuya solucià³n concreta podrá sobrevenir la paz con democracia y justicia social.
La Agenda Común, es la carta importante de navegacià³n hacia la solucià³n polà­tica negociada del conflicto interno.

La realizacià³n de las audiencias públicas, multitudinario escenario de la participacià³n ciudadana en los diálogos de paz.

El intercambio humanitario de prisioneros de guerra enfermos, trajo como resultado la decisià³n unilateral de las FARC-EP de dejar en libertad a 350 soldados y policà­as retenidos en cruentos combates.

El acuerdo de Los Pozos, suscrito por el Presidente Pastrana y el Comandante Marulanda en febrero de 2001, relanzà³ el proceso de paz en un momento de dificultades.

El informe de la Comisià³n de Notables, bien recibido por las partes y por amplios sectores del paà­s, donde se establecà­an recomendaciones concretas para disminuir la intensidad del conflicto y acabar el fenà³meno del paramilitarismo entre otros aspectos.

El acuerdo de San Francisco de la Sombra, que introdujo importantes elementos humanitarios para dinamizar el proceso de paz en su conjunto.

El cronograma aprobado el 20 de enero de 2002 y la decisià³n del acompañamiento internacional de las Naciones Unidas, del grupo de paà­ses amigos y facilitadores y de la Iglesia Catà³lica colombiana, adoptadas posteriormente.

Los anteriores aspectos, por si solos, justifican el valor y la importancia histà³rica de las negociaciones adelantadas durante el gobierno Pastrana, y a su vez sirven de puente para los futuros diálogos y negociaciones que deben producirse en el paà­s entre el Estado y las guerrillas revolucionarias.

En su negativa para concertar la paz, entre otros argumentos, el gobierno y los cà­rculos dominantes que lo rodean, han difundido la especie de que “el Estado no se va a entregar a retazos a la subversià³n”, y que tampoco resulta admisible hacer una “revolucià³n concertada” con la “insurgencia totalitaria”. Nada más engañoso y carente de realismo polà­tico.

Tales argumentos son apenas una forma de soslayar la necesidad de los cambios democráticos y de establecer un sesgo peyorativo a la negociacià³n de los temas de fondo, propios para un acuerdo de paz en la coyuntura histà³rica actual.

Lo cierto es que la plataforma de 10 puntos de la guerrilla de las FARC es un catálogo de reivindicaciones democráticas, de contenido econà³mico y social a favor de la inmensa mayorà­a. Ni dictadura del proletariado, ni socialismo representa por ejemplo, la agenda común de los 12 puntos, suscrita entre el gobierno de Pastrana y las FARC-EP.

En conclusiones, para lograr la solucià³n polà­tica al conflicto interno colombiano, resultan indispensables las reformas polà­ticas y econà³micas de fondo, con un mayor equilibrio social y una amplia movilizacià³n de todos los sectores del pueblo. La solucià³n polà­tica al conflicto debe dar origen a un Estado autà³nomo, democrático, pluralista, patrià³tico y libre de ataduras a los organismos internacionales financieros y a la à©gida de los Estados Unidos.

La solucià³n polà­tica al conflicto interno es el inicio de un nuevo modelo democrático de las relaciones entre el Estado colombiano y sus ciudadanos, y es el principio de la construccià³n conjunta de una nueva sociedad en paz y en progreso, basada en la equidad, el respeto de los derechos y las libertades de las mayorà­as eternamente excluidas y vilipendiadas por los ricos en el poder.

Comisià³n Internacional de las FARC-EP Montañas de Colombia, Octubre de 2004

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