Declaracià³n final de la II Asamblea de la CEOSI
II Asamblea de la Campaña Estatal contra la Ocupacià³n y por la Soberanàa de Iraq
Declaracià³n final de la II Asamblea de la CEOSI
Madrid, 30 de octubre de 2004
Campaña Estatal contra la Ocupacià³n y por la Soberanàa de Iraq (CEOSI)
www.nodo50.org/iraq 12 de noviembre de 2004
“El Pentágono está recurriendo a toda su capacidad militar para someter de nuevo al paàs, recurriendo al bombardeo intensivo e indiscriminado de ciudades sin defensa alguna, como es ahora el caso de Faluya o de ar-Ramadi, tras los ataques contra Nayaf o Samarra. Exigimos por ello de las instituciones y de la sociedad la renovacià³n del compromiso que durante los
dàas anteriores a la invasià³n de Iraq se expresà³ nàtida y masivamente, en todo el mundo, en defensa de este pueblo mártir”
Las plataformas, organizaciones, colectivos, grupos de brigadistas y personas reunidos en Madrid el pasado sábado, 30 de octubre en el marco de la II Asamblea estatal de la Campaña contra la Ocupacià³n y por la Soberanàa de Iraq (CEOSI) hemos determinado suscribir la siguiente declaracià³n, al tiempo que expresamos nuestra satisfaccià³n por los resultados de la reunià³n y renovamos nuestro compromiso solidario con el pueblo de Iraq:
1. Rendimos homenaje al pueblo de Iraq, vàctima de un embargo criminal que ha causado según las Agencias especializadas de Naciones Unidas (NNUU) hasta 1.800.000 vàctimas entre su poblacià³n durante los 13 años que durà³ su aplicacià³n por parte del Consejo de Seguridad. Este peràodo estuvo precedido, en 1991, por una primera guerra de devastacià³n que, nuevamente según NNUU, ocasionà³ pà©rdidas en la infraestructura civil del paàs por valor
de 22.000 millones de dà³lares. Por último, cuando el paàs comenzaba a salir de una cràtica y prolongada situacià³n gracias al esfuerzo colectivo de una poblacià³n cualificada y laboriosa, EEUU y sus aliados desencadenaron una agresià³n ilegal que culminà³ con la ocupacià³n militar de Iraq en abril de 2003.
El balance de esta nueva agresià³n se cifra -según daba a conocer la pasada semana la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins de Baltimore en la prestigiosa revista mà©dica The Lancet- en al menos 100.000 iraquàes muertos por actos de violencia derivada de la invasià³n y ocupacià³n, la mayoràa de ellos -indica el trabajo- debido a ataques indiscriminados contra poblacià³n
civil por parte de la fuerza aà©rea de EEUU y Reino Unido.
2. Rendimos homenaje asimismo a la voluntad y capacidad de resistencia que, en todos los ámbitos, está demostrando el pueblo iraquà y que ha hecho fracasar el proyecto de dominacià³n hegemà³nico y de saqueo del paàs que la Administracià³n Bush imaginaba poder llevar a cabo tras la invasià³n. Al tiempo que recordamos que el Derecho Internacional reconoce la legitimidad de resistir por todos los medios, incluidos los militares, actos de agresià³n y de ocupacià³n ilegales, reiteramos nuestro apoyo a la resistencia iraquà en cuanto expresià³n de la lucha de liberacià³n colectiva y de reconstruccià³n soberana de un Estado democrático e integrador, donde se preserve el uso social y público de la riqueza del paàs y donde el concepto de ciudadanàa prevalezca sobre las tendencias sectarias y confesionales que los ocupantes
alientan para poder fraccionar y dominar a su poblacià³n.
Al afirmar categà³ricamente que resistir no es terrorismo, denunciamos tanto la caracterizacià³n de terrorismo que los ocupantes y las ilegàtimas autoridades iraquàes por à©stos designadas hacen de actos legàtimos de resistencia contra los invasores y fuerzas asociadas, como de aquellas acciones sectarias o indiscriminadas que, perpetradas por opacas tramas o directamente por servicios secretos exteriores, favorecen el proyecto de dominacià³n foránea de Iraq y la prolongacià³n de la ocupacià³n.
3. Denunciamos el fraudulento proceso de transferencia formal de poder puesto en marcha por los ocupantes y materializado el pasado mes de junio con la disolucià³n de la Autoridad Provisional de la Coalicià³n y la designacià³n de un ilegàtimo “Gobierno interino” presidido por Iyad Allawi. En este marco, como fase siguiente del proyecto de repliegue de los ocupantes tras instancias no legitimadas democráticamente y sometidas a sus intereses, denunciamos la prevista celebracià³n de elecciones en enero de 2005, un paso más en el intento de EEUU de legitimar la ocupacià³n y la dominacià³n del paàs.
Advertimos al tiempo contra cualquier intento de internacionalizar de la ocupacià³n de Iraq y de mantener a su poblacià³n bajo tutela exterior a travà©s de instancias multilaterales. Cualquier proceso que pretenda restituir al pueblo iraquà su plena soberanàa debe ir precedido de un nàtido fin de la ocupacià³n, asà como de la anulacià³n de todas las medidas aprobadas que hayan
alterado la naturaleza econà³mica, social y cultural del paàs. Toda iniciativa internacional que pretenda honestamente favorecer la restitucià³n de la soberanàa y democracia al pueblo de Iraq a de reconocer e incluir en el proceso a las fuerzas insurgentes contrarias a la ocupacià³n.
4. Iraq sigue siendo hoy un paàs ocupado militarmente por 138.000 soldados estadounidenses y 20.000 más de 32 paàses, además de al menos otros tantos ercenarios de diversas compañàas privadas de seguridad. En la actualidad, EEUU y sus aliados, respaldados ignominiosamente por el “Gobierno interino” de Allawi están procediendo al asalto militar de hasta 30 capitales y ciudades del paàs bajo control insurgente. La guerra en Iraq no ha terminado y la reeleccià³n del presidente George W. Bush sin duda determinará un recrudecimiento de la violencia en el paàs.
El Pentágono está recurriendo a toda su capacidad militar para someter de nuevo al paàs, recurriendo al bombardeo intensivo e indiscriminado de ciudades sin defensa alguna, como es ahora el caso de Faluya o de ar-Ramadi, tras los ataques contra Nayaf o Samarra. Exigimos por ello de las instituciones y de la sociedad la renovacià³n del compromiso que durante los
dàas anteriores a la invasià³n de Iraq se expresà³ nàtida y masivamente, en todo el mundo, en defensa de este pueblo mártir.
5. Finalmente, expresamos nuestra solidaridad con los millares de detenidos iraquàes, menores de edad y jà³venes, hombres y mujeres, secuestrados ilegalmente, indefensos antes la arbitrariedad y la brutalidad de las fuerzas de ocupacià³n y de los nuevos cuerpos de seguridad iraquàes, vejados y torturados en centros de detencià³n clandestinos cerrados a la supervisià³n
internacional o trasladados ilegalmente fuera de su paàs.
Exigiendo la liberacià³n incondicional de todas las personas encarceladas por los invasores, hacemos un llamamiento particular a la puesta en libertad por arte de las fuerzas estadounidenses de Jabar al-Kubaysi, dirigente de la Alianza Patrià³tica Iraquà, detenido en septiembre en Iraq, con quien hemos mantenido una entrañable y solidaria relacià³n antes y despuà©s de la invasià³n de su paàs.
Por último, sin establecer ninguna valoracià³n colectiva sobre el depuesto gobierno iraquà, hacemos nuestra la consideracià³n del comità© de abogados árabes que han asumido la defensa legal de los anteriores dirigentes iraquàes sobre el escarnio que supone que quienes han cometido un acto de agresià³n ilegal contra un Estado soberano o las instancias por ellos
designadas procedan a juzgar al depuesto gobierno iraquà.
Toda nuestra solidaridad con el pueblo iraquà