Carlos Lozano Guillà©n, Voz (Colombia)
La falsa democracia de los burgueses. A los gobiernos capitalistas se les llena la boca hablando de democracia y de Estado Social de Derecho, pero tan pronto surge una alternativa de izquierda, ajena a sus intereses polàticos y econà³micos en su propio escenario de la “democracia burguesa”, comienzan las conspiraciones y saboteos. Chávez les ha ganado cuanta eleccià³n popular han exigido y aún continúan diciendo que su gobierno es antidemocrático e ilegàtimo, escribe LOZANO GUILLà‰N
08.12.2004 [CARLOS A. LOZANO GUILLà‰N/VOZ/COLOMBIA] Los intereses de clase son los que mueven las relaciones entre las personas y lo que ellas representan en el poder dominante. Es una verdad de la más pura estirpe marxista. Conceptos como la democracia están determinados por esos intereses que son los que priman a la hora de resolver el problema del poder.
La reflexià³n viene a cuento, porque hace pocas semanas, cuando Hugo Chávez, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, llegà³ a Madrid (España), el canciller de ese paàs, Miguel Íngel Moratinos, denuncià³ que el anterior gobierno español del derechista Josà© Maràa Aznar, habàa apoyado el golpe contra el gobierno legàtimo y constitucional de Chávez, en abril de 2002. Hubo protestas, pero el presidente venezolano no sà³lo corroborà³ la denuncia sino que el canciller Moratinos la demostrà³ con documentos en la mano.
A los gobiernos capitalistas se les llena la boca hablando de democracia y de Estado Social de Derecho, pero tan pronto surge una alternativa de izquierda, ajena a sus intereses polàticos y econà³micos en su propio escenario de la “democracia burguesa”, comienzan las conspiraciones y saboteos. No es un fenà³meno nuevo. Muchos casos se han visto en Amà©rica Latina y asà lo quisieron hacer contra Hugo Chávez en un golpe fracasado, que aún siguen intentando desde la sombra y bajo la direccià³n de la Casa Blanca.
Chávez les ha ganado cuanta eleccià³n popular han exigido y aún continúan diciendo que su gobierno es antidemocrático e ilegàtimo. En el golpe de abril de 2002, Manuel Viturro, embajador del estado español y Charles Shapiro, embajador de los Estados Unidos, sostuvieron reuniones antes y despuà©s del golpe con Pedro Carmona, hoy refugiado en Colombia y consentido de la rancia oligarquàa bogotana. Pocos dàas antes del golpe, Viturro le escribàa a la cancilleràa de Madrid que “la estrategia de la oposicià³n para sacar a Chávez está dando resultados”. Fueron conocidas, tambià©n, las abiertas gestiones de Shapiro para estimular la intentona golpista contra el gobierno bolivariano.
En Colombia, altos funcionarios del gobierno de Andrà©s Pastrana, como el Ministro de Hacienda, Juan Manuel Santos, en declaraciones nunca desautorizadas, saludà³ el golpe. Igual lo hicieron varios “demà³cratas” del gobierno y de los gremios de la oligarquàa colombiana. La democracia para la burguesàa es un concepto fariseo. Su única “legalidad” es la que defiende y protege sus intereses.
Lo demás es mentira.
