Combatiente de las FARC entregado a los yanquis por la dictadura colombiana
Fue extraditado a los Estados Unidos, en un acto de arrogancia y de abyecta sumisià³n del Presidente Ílvaro Uribe a las à³rdenes de Bush, el más brutal de los terroristas existentes hoy en el mundo. Simà³n no estará solo en los Estados Unidos. Estará acompañado de la solidaridad de millones de personas que en el mundo luchan diariamente contra las polàticas de guerra, terror, tortura y muerte del imperio yanqui, escribe Juan Cendales.
31.12.2004 [Juan Cendales/PACOCOL] Y finalmente, como se preveàa, el làder guerrillero Simà³n Trinidad fue extraditado a los Estados Unidos, en un acto de arrogancia y de abyecta sumisià³n del Presidente Ílvaro Uribe a las à³rdenes de Bush, el más brutal de los terroristas existentes hoy en el mundo. Se envàa al guerrillero a una cárcel gringa en momentos en que el gobierno norteamericano, a pesar de la reeleccià³n, no tiene credibilidad en el mundo y la conciencia moral, à©tica y polàtica de la humanidad le condena por sus miles de cràmenes y vejámenes.
Se convierte Simà³n Trinidad, más allá de su militancia guerrillera o de sus credos ideolà³gicos, en un nuevo sàmbolo de la solidaridad antiimperialista de los pueblos. Se trata de un revolucionario, un rebelde, que es encerrado en las mazmorras del imperio en un proceso amañado y una extradicià³n inmoral y apatrida.
La extradicià³n y el juicio a Trinidad en los Estados Unidos recuerda el juicio contra los cinco jà³venes patriotas cubanos que están hoy presos en EU. Y tambià©n trae a la memoria procesos infames como los de Sacco y Venzetti o el enjuiciamiento y ejecucià³n de los esposos Julius y Ethel Rosemberg.
Con que moral juzgarán los Estados Unidos a Simà³n Trinidad?
Si, como dice el Premio Nobel de paz, Adolfo Pà©rez Esquivel, y millones lo sabemos hace mucho tiempo, se trata del imperio de “las guerras preventivas desatadas con base en mentiras y buscando preservar los intereses econà³micos, polàticos y militares de una gran potencia y sus aliados.” Un imperio quà© “desprecia los pactos, las convenciones y a la misma declaracià³n de los DH.”
Y como si estuviera pensando en Trinidad dice el premio de paz en reciente artàculo:
“Las puertas de la libertad y soberanàa de los pueblos están cerradas y todo aquel que se oponga es un terrorista -narcotraficante.”
Y a los despistados Bertol Brecht les diràa que . . . primero extraditaron a un guerrillero pero no me importà³ por que yo no era. Y que cuando vengan por mà . . . ya será demasiado tarde.
Simà³n Trinidad no estará solo en los Estados Unidos. Estará acompañado de la solidaridad de millones de personas que en el mundo luchan diariamente contra las polàticas de guerra, terror, tortura y muerte del imperio yanqui.
Con un amargo trago brinda el presidente Uribe en este dàa de abrazos y parabienes.
Tan amargo como la infinita tristeza de los desesperanzados rehenes, canjeables o secuestrados y sus familiares.
Extradicià³n a los opositores polàticos
La entrega de Simà³n Trinidad a los EE.UU es un hecho que hiere la soberanàa colombiana. Todas las fuerzas democráticas del paàs están obligadas a expresar su rechazo a esta polàtica de indignidad. Uribe podrá renunciar a la soberanàa nacional, pero no en nuestro nombre. No en nombre del pueblo colombiano. La Corte Suprema de Justicia tiene responsabilidad en estas anormalidades, a raàz de sus recientes decisiones, afirma Caycedo Turriago Secretario General del Partido Comunista Colombiano en declaracià³n remitida a ANNCOL con sede en la ciudad de Estocolmo.
01.01.2005 [Jaime Caycedo/PCC/Bogotá] La extradicià³n de Simà³n Trinidad es un hecho que hiere la soberanàa colombiana. Uribe es el único presidente en el mundo que extradita a sus opositores polàticos.
Una cosa es que los delitos polàticos se reconozcan y juzguen en Colombia. Simà³n Trinidad debàa purgar una pena de 80 meses por rebelià³n.
Otra cosa es pretender negar la condicià³n de presos polàticos a detenidos como Simà³n Trinidad y endosar a otro Estado el juzgamiento de su conducta. Uribe desconoce la Constitucià³n que prohàbe la extradicià³n por motivos polàticos. Aunque Trinidad no haya sido pedido formalmente por tales causas, es una ceguera negar su calidad de preso polàtico, en tanto figura notoria de una fuerza insurgente colombiana enfrentada al Estado por razones polàticas. La Corte Suprema de Justicia tiene responsabilidad en estas anormalidades, a raàz de sus recientes decisiones.
Nadie entiende que mientras Uribe extradita a sus opositores, los narcoparamilitares gozan de plena impunidad. Curiosamente, los responsables de masacres de poblacià³n civil, de asesinatos de disidentes, de activistas sindicales, educadores y periodistas, exigen nuevas concesiones y beneficios de parte del gobierno.
Todas las fuerzas democráticas del paàs están obligadas a expresar su rechazo a esta polàtica de indignidad. Uribe podrá renunciar a la soberanàa nacional, pero no en nuestro nombre. No en nombre del pueblo colombiano.