por Juan Pablo Nieves
El domingo 20 de Marzo, cuando el presidente Hugo Chávez se preparaba para la emisià³n de su programa “Alà³, Presidente” en el estado Barinas, en el que una vez más se reafirmaràa por la necesidad de profundizar la revolucià³n agraria para profundizar el proceso revolucionario, un dirigente campesino era asesinado de cuatro puñaladas por los sicarios de un terrateniente en el Hato Agualinda, en el municipio Ezequiel Zamora del estado Barinas.
El dirigente campesino del Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora, Luis Enrique Pà©rez, de 45 años de edad, fue asesinado a las 9 am dejando 11 hijos. Todo apunta a que los sicarios del Hato Agualinda, del terrateniente Armando Javier Mogollà³n, quien amenazara de muerte en los meses pasados a cinco campesinos, y que parece estar cumpliendo su palabra, son los responsables del crimen.
No es sin duda alguna el primer caso. Hay varios campesinos asesinados, presos o torturados a manos de los sicarios de los terratenientes e incluso del propio Ejà©rcito que, bajo el mando del general Bracho, del Teatro de Operaciones N°1 con sede en la ciudad de Guasdualito (estado Apure), ha sido acusado de cometer violaciones a los derechos humanos de los campesinos.
Según lo denuncia el alcalde del municipio Zamora Levic Emilio Mendez, del partido oficialista Quinta República, el general Bracho seràa corresponsable de los hechos, pues intimida permanentemente a los campesinos sin tierra, acusa a sus dirigentes de guerrilleros por ocupar y defender sus tierras, e incluso ha apresado a cinco de ellos por rebelià³n al ser acusados de portar armas o proyectiles. Sin embargo, no dice nada, ni desarrolla operativos para detener a las bandas armadas de los terratenientes, que en el caso del Hato Agualinda tiene hasta 20 sicarios armados que perpetran estos abusos y cràmenes.
En Venezuela, a no dudarlo, se vive otra etapa del proceso. Aplastada la oposicià³n oligárquica, lo que no quiere decir que no represente un peligro para el proceso, ahora la lucha es entre quienes pretenden constituirse en una nueva clase polàtica y mantener las viejas estructuras para beneficiarse de los privilegios de la vieja clase polàtica, y quienes quieren, siguiendo el llamado del Presidente, profundizar este proceso construyendo el poder popular, llenar de pueblo a a la revolucià³n y transformar las estructuras del Estado y la sociedad.
Es en este contexto, que se producen sucesos como estos. Sucesos que muestran lo contradictorios que pueden ser los procesos revolucionarios. La lucha de los indàgenas que defienden sus territorios y contra el modelo desarrollista que aún impera por la priorizacià³n de la exportacià³n energà©tica y que tiene entre sus beneficiarios a funcionarios e incluso transnacionales; la lucha de los campesinos sin tierra por hacer realidad la revolucià³n agraria trabada por los poderes locales y los funcionarios “chavistas” e incluso apoyada por militares retrà³grados que todavàa tienen presencia en los mandos del Ejà©rcito; son entre otras, las realidades nuevas que debe enfrentar el proceso.
A esto se debe agregar que muchos miembros de esta nueva clase polàtica ejercen presiones sobre quienes realizan cràticas a las instituciones del Estado, a las polàticas del mismo o a sus funcionarios. Aquà tambià©n debe impulsarse un “salto adelante”, pues la cràtica y la autocràtica fortalecen el proceso revolucionario. Lo cierto es que en Venezuela ha llegado la hora de los movimientos sociales, de empujar al poder constituyente para que no se empantane en el nuevo poder constituido.
Es hora de romper con el cerco que han impuesto muchos sectores del oficialismo y establecer un diálogo entre estos movimientos sociales y el Presidente. Es hora de avanzar con la organizacià³n del pueblo en la construccià³n de una sociedad estructuralmente diferente. Es hora de enfrentar los restos de una sociedad de abuso y crimen que se resiste a desaparecer.
Como dicen los integrantes del Frente Campesino Ezequiel Zamora: ¡Basta ya de asesinatos a los campesinos! ¡No a la impunidad! ¡Sà a la profundizacià³n del proceso bolivariano! ¡Lucha contra el imperialismo y defensa de la soberanàa nacional!