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Es necesario y posible una integración

13. November 2005

Declaracià³n Final de la III Cumbre de los Pueblos de Amà©rica

Delegados y delegadas de organizaciones sociales de todas las regiones del continente, desde Canadá hasta la Patagonia; trabajadores, campesinos, indà­genas, jà³venes y viejos, de todas las razas, mujeres y hombres dignos nos hemos encontrado aquà­ en Mar del Plata, Argentina, para hacer oà­r la voz, excluida por los poderosos, de todos los pueblos de nuestra Amà©rica. Como antes en Santiago de Chile y en Quà©bec, nos hemos encontrado nuevamente frente a la Cumbre de las Amà©ricas que reúne a los presidentes de todo el continente, con la exclusià³n de Cuba, porque aunque los discursos oficiales siguen llenándose de palabras sobre la democracia y la lucha contra la pobreza, los pueblos seguimos sin ser tomados en cuenta a la hora de decidir sobre nuestros destinos. Tambià©n nos encontramos aquà­, en esta III Cumbre de los Pueblos, para profundizar nuestra resistencia a las calamidades neoliberales orquestadas por el imperio del norte y seguir construyendo alternativas. Venimos demostrando que es posible cambiar el curso de la historia y nos comprometemos a seguir avanzando por ese camino.

En el año de 2001, en la cumbre oficial de Quà©bec, cuando todavà­a la absoluta mayorà­a de los gobiernos se inclinaban ciegamente a la ortodoxia neoliberal y a los dictados de Washington, con la honrosa excepcià³n de Venezuela, Estados Unidos logrà³ que se fijara el primero de enero del 2005 como la fecha fatal para que entrara en vigor su nuevo proyecto de dominacià³n llamado Írea de Libre Comercio de las Amà©ricas (ALCA) y que la Cuarta Cumbre de las Amà©ricas a realizarse previamente en Argentina fuera la culminacià³n de las negociaciones de este proyecto perverso. Pero el Primero de Enero del 2005 amanecimos sin ALCA y la cumbre oficial de Argentina ha llegado finalmente con las negociaciones del ALCA estancadas. ¡Hoy estamos tambià©n aquà­ para celebrarlo!

Sin embargo, Estados Unidos no deja en su estrategia de afirmar su hegemonà­a en el continente por medio de tratados de libre comercio bilaterales o regionales, como es el que por un margen estrecho se ha aprobado para Centroamà©rica y el que buscan imponer ahora a los paà­ses andinos. Además, ahora Washington esta lanzando el Acuerdo para la Seguridad y la Prosperidad de Amà©rica del Norte (ASPAN). No obstante las evidencias incontestables de las desastrosas consecuencias de más de diez
años de Tratado de Libre Comercio, ahora este TLC plus pretende incluso imponer la polà­tica de “seguridad” de los Estados Unidos a toda la regià³n.

Pero el gobierno de Estados Unidos no se conforma con avanzar las piezas del rompecabezas de su dominacià³n en el continente. Insiste en acomodarlas en un marco hegemà³nico único y no ha renunciado al proyecto del ALCA. Ahora, junto con sus gobiernos incondicionales, viene a Mar del Plata con la pretensià³n de revivir el cadáver del ALCA, cuando los pueblos han expresado claramente su rechazo a una integracià³n subordinada a Estados Unidos.

Y si su estrategia a favor de las corporaciones norteamericanas ha venido siendo acompañada de una creciente militarizacià³n del continente y de bases militares estadounidenses, ahora para rematar el genocida George W. Bush ha venido a la cumbre de Mar del Plata para intentar elevar su polà­tica de seguridad a compromiso continental con el pretexto del combate al terrorismo, cuando la mejor forma de acabar con à©l serà­a el revertir su polà­tica intervencionista y colonialista.

En la declaracià³n oficial que está siendo discutida por los Gobiernos existe la amenaza real de que puedan pasar, aun matizadas las peores intenciones de los Estados Unidos. La misma está llena de palabras vacà­as y propuestas demagà³gicas para combatir la pobreza y generar empleo decente; lo concreto es que sus ofrecimientos perpetúan un modelo que ha hecho cada
vez más miserab e injusto a nuestro continente que posee la peor distribucià³n de la riqueza en el mundo.

Modelo que favorece a unos pocos, que deteriora las condiciones laborales, profundiza la migracià³n, la destruccià³n de las comunidades indà­genas, el deterioro del medio ambiente, la privatizacià³n de la seguridad social y la educacià³n, la implementacià³n de normas que protegen los derechos de las
corporaciones y no de los ciudadanos, como es el caso de la propiedad intelectual.

Además del ALCA, se insiste en avanzar en la Ronda de Doha, que busca otorgar más poderes a la Organizacià³n Mundial del Comercio (OMC) para imponer reglas econà³micas inequitativas a los paà­ses menos desarrollados y hacer prevalecer la agenda corporativa. Se sigue exponiendo al saqueo nuestros bienes naturales, nuestros yacimientos energà©ticos; se privatiza la distribucià³n y comercializacià³n del agua potable; se estimula la
apropiacià³n y privatizacià³n de nuestras reservas acuà­feras e hidrográficas, convirtiendo un derecho humano como es el acceso al agua en una mercancà­a de interà©s de las transnacionales.

Para imponer estas polà­ticas, el imperio y sus cà³mplices cuentan con el chantaje de la deuda externa, impidiendo el desarrollo de los pueblos en violacià³n de todos nuestros derechos humanos. La declaracià³n de los presidentes no ofrece ninguna salida concreta, como seria la anulacià³n y no pago de la deuda ilegitima, la restitucià³n de lo que se ha cobrado de mas y el resarcimiento de las deudas histà³ricas, sociales y ecolà³gicas adeudadas a los pueblos de nuestra Amà©rica.

Las y los delegados de los distintos pueblos de Amà©rica estamos aquà­ no solo para denunciar, estamos acá porque venimos resistiendo las polà­ticas del imperio y sus aliados. Pero tambien venimos construyendo alternativas populares, a partir de la solidaridad y la unidad de nuestros pueblos, construyendo tejido social desde abajo, desde la autonomà­a y diversidad de nuestros movimientos con el propà³sito de alcanzar una sociedad inclusiva, justa y digna.

Desde esta III Cumbre de los Pueblos de Amà©rica declaramos:

1) Las negociaciones para crear un Írea de Libre Comercio de las Amà©ricas (ALCA) deben ser SUSPENDIDAS INMEDIATA Y DEFINITIVAMENTE, lo mismo que todo tratado de libre comercio bilateral o regional. Asumimos la resistencia de los pueblos andinos y de Costa Rica contra el Tratado de Libre Comercio, la de los pueblos del Caribe porque los EPAS no signifiquen una nueva era de colonialismo disfrazado y la lucha de los pueblos de Amà©rica del Norte, Chile y Centroamà©rica por echar atrás los tratados de esta naturaleza que ya pesan sobre ellos.

2) Todo acuerdo entre las naciones debe partir de principios basados en el respeto de los derechos humanos, la dimension social, el respeto a la soberania, la complementariedad, la cooperacià³n, la solidaridad, la consideracià³n de las asimetrà­as econà³micas favoreciendo a los paà­ses menos desarrollados.

3) Nos empeñamos en favorecer e impulsar procesos alternativos de integracià³n regional. Como la Alternativa Boliviariana de las Americas (ALBA).

4) Asumimos las conclusiones y las acciones nacidas en los foros, talleres, encuentros de esta Cumbre y nos comprometemos a seguir profundizando nuestro proceso de construccion de alternativas.

5) Hay que anular toda la deuda externa ilegitima, injusta e impagable del Sur, de manera inmediata y sin condiciones. Nos asumimos como acredores para cobrar la deuda social, ecologica e historica con nuestros pueblos.

6) Asumimos la lucha de nuestros pueblos por la distribucià³n equitativa de la riqueza, con trabajo digno y justicia social, para erradicar la pobreza, el desempleo y la exclusià³n social.

7) Acordamos promover la diversificacià³n de la produccià³n, la proteccià³n de las semillas criollas patrimonio de la humanidad, la soberanà­a alimentaria de los pueblos, la agricultura sostenible y una reforma agraria integral.

8) Rechazamos enà©rgicamente la militarizacià³n del continente promovida por el imperio del norte. Denunciamos la doctrina de la llamada cooperacià³n para la seguridad hemisfà©rica como un mecanismo para la represià³n de las luchas populares.
Rechazamos la presencia de tropas de Estados Unidos en nuestro continente, no queremos bases ni enclaves militares. Condenamos el terrorismo de Estado Mundial de la Administracià³n Bush que pretende regar de sangre las legà­timas rebeldà­as de nuestros pueblos.

9) Condenamos la inmoralidad del gobierno de Estados Unidos, que mientras habla de luchar contra el terrorismo protege al terrorista Posada Carriles y mantiene en la cárcel a cinco luchadores patriotas cubanos. Exigimos su inmediata libertad!

10) Repudiamos la presencia en estas dignas tierras latinoamericanas de George W. Bush, principal promotor de la guerra en el mundo y cabecilla del credo neoliberal que afecta incluso los intereses de su propio pueblo. Desde aquà­ mandamos un mensaje de solidaridad a los hombres y mujeres
estadounidenses dignos que sienten vergüenza por tener un gobierno condenado por la humanidad y lo resisten contra viento y marea.

Despuà©s de Quà©bec construimos una gran campaña y consulta popular continentales contra el ALCA y logramos frenarla. Hoy, ante la pretensià³n de revivir las negociaciones del ALCA y sumarle los objetivos militaristas de Estados Unidos, en esta III Cumbre de los Pueblos de Amà©rica asumimos el compromiso de redoblar nuestra resistencia, fortalecer nuestra unidad en la diversidad y convocar a una nueva y mas grande movilizacià³n continental para enterrar el ALCA para siempre y construir al mismo tiempo bajo su
impulso nuestra alternativa de una Amà©rica justa, libre y solidaria.

Mar del Plata, Argentina, a 4 de noviembre del 2005

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