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Contra el sicariato – tomar las tierras

23. July 2006

Declaraciòn del Partido REvoluciòn y Socialismo (PRS)


Frente a un hecho tan aleve como es el intento de asesinar a
trabajadores del campo y a sus dirigentes, como es el caso del atentado
contra el compañero Braulio Ílvarez, el Partido Revolucià³n y Socialismo
se pronuncia para condenar enà©rgicamente la accià³n de las bandas
paramilitares organizadas por los terratenientes y avalada por el
conjunto de la oligarquà­a venezolana, sus partidos polà­ticos, sus
medios de comunicacià³n y el imperialismo.

Desde nuestro punto de vista, el atentado sobre el compañero Braulio
Ílvarez tiene un significado polà­tico profundo. Es el mensaje mediante
el cual, las fuerzas de la contra-revolucià³n que actúan en el campo y
en los centros urbanos, quieren hacerle saber al pueblo, a los
luchadores y a sus dirigentes, que ellos no descansarán ni se detendrán
en su accià³n para impedir que la revolucià³n cuestione sus privilegios o
“su” propiedad privada sobre la tierra, sobre las empresas, sobre los
bancos, y en general sobre todos los medios de produccià³n.

Ese es el gran trasfondo del problema que hoy se registra en el campo y
tambià©n en las ciudades. Lo sicarios actúan para detener a los
campesinos, de la misma forma que los empresarios, los corruptos y los
burà³cratas lo hacen contra los trabajadores. No es casual entonces que
asà­ como los campesinos se movilizan por miles en Guasdualito o en
otros municipios y Estados del paà­s para enfrentar el sicariato, los
trabajadores tambià©n lo hagan en Maracay, en Valencia, en Puerto Ordaz,
en Yaracauy o en Caracas como acontecià³ el pasado 19 de julio.

Los asesinatos y atentados es la expresià³n de la fuerte tensià³n que se
vive en el campo, la cual no se detendrá con “mayor vigilancia o
presencia militar y policial en las zonas afectadas”, sino
profundizando la revolucià³n en el sector rural, que no es otra cosa que
avanzar en la ocupacià³n de las tierras y exigir al gobierno nacional
que las expropie y las entregue automáticamente a los campesinos pobres
para que las pongan a producir para satisfacer las necesidades dà©l paà­s.

No es un problema de seguridad que se resuelve militarmente. Es un
problema que sà³lo tiene posibilidad de solucià³n en la medida en que los
campesinos enfrenten y golpeen a los terratenientes donde más les
duele: en el control de la tierra. Esa es la única fà³rmula de solucià³n
al conflicto. Para lograrlo hay que incentivar la movilizacià³n masiva
de campesinos, desalambrando, ocupando, expropiando y poniendo a
producir las tierras, con la asesorà­a y el apoyo econà³mico del gobierno
central.

Es tarea urgente articular la lucha de los trabajadores del campo y la
ciudad; concretar la unidad obrera, sindical y campesina, para
enfrentar a la contrarrevolucià³n, a los terratenientes, mediante un
Plan Nacional de Lucha y una polà­tica de movilizacià³n permanente que
logre acabar con las bandas de sicarios. La UNT, el FNCEZ y la CNCEZ
tienen el deber y la obligacià³n de sentarse a discutir los pasos
unitarios para dar esta batalla, dándole continuidad a las
movilizaciones campesinas de Guasdualito y a la movilizacià³n sindical
de Caracas del 19 de julio.

Reclamamos al Gobierno Nacional y a los gobiernos regionales una accià³n
decidida que impida que los terratenientes sigan actuando impunente.
Todos saben quià©nes son los terratenientes que arman y financian a los
sicarios y no puede ser que estos asesinos aún sigan libres y actuando
contra el pueblo y contra la revolucià³n.

Nuestro llamado de revolucionarios es a que no se de un solo paso
atrás, llamamos a ocupar las tierras para ver quien puede más, si las
pequeñas bandas asesinas de sicarios organizadas por terratenientes
cobardes o la movilizacià³n masiva de los campesinos pobres para
recuperar el control de las tierras.

Ocupacià³n de tierras y expropiacià³n a los terratenientes
Reforma agraria ya

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