“Un cràmen polàtico producto de la ilegàtima ocupacià³n extranjera en esa hermana nacià³n árabe”, según declaracià³n del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela
Caracas 03 ene. – El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela condena categà³ricamente la ejecucià³n a la cual fue sometido el ex presidente de Irak, Saddam Hussein, y no duda en calificar este repudiable hecho como un crimen polàtico producto de la ilegàtima ocupacià³n extranjera en esa hermana nacià³n árabe.
El asesinato de Saddam Hussein fue la culminacià³n de un juicio amañado en tribunales impuestos por las tropas invasoras, encabezadas por el ejà©rcito de los Estados Unidos de Norteamà©rica. Al derrocado y luego ejecutado ex mandatario iraquà se le negà³ el derecho al debido proceso, sus abogados sufrieron persecucià³n, amenazas y atentados, y los atropellos cometidos en su contra dejaron al descubierto la componenda orquestada para finalmente legalizar este crimen que hoy sacude la dignidad de los pueblos del mundo, particularmente la del pueblo árabe.
La República Bolivariana de Venezuela rechaza, por razones de principios, la aplicacià³n de la pena de muerte, y asà está establecido en nuestra Constitucià³n, pero además se niega a convalidar que una o más potencias, con el apoyo de otros paàses, se atribuyan el derecho a usurpar el rol que debe cumplir la Organizacià³n de Naciones Unidas, y a imponer decisiones destinadas a privar de la libertad y luego de la vida a un mandatario depuesto por tropas invasoras.
Al ex presidente de Irak se le acusà³ por la muerte de alrededor de 150 personas, y por ello fue llevado a la horca. Pero la ocupacià³n militar del territorio iraquà, ordenada por el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, ha ocasionado la muerte de decenas de miles de ciudadanos de ese paàs y de más de 3 mil soldados norteamericanos y alrededor de 20 mil lisiados de guerra.
Algún dàa responderán ante la justicia internacional los responsables de estos miles de asesinatos y de estas graves violaciones a los derechos humanos.
Ratificamos nuestra exigencia al cese de la ocupacià³n ilegal a la cual está siendo sometido Irak y formulamos un llamado a la Organizacià³n de Naciones Unidas para que inicie las gestiones conducentes a restablecer la soberanàa en esa nacià³n, y a investigar las innumerables violaciones de derechos humanos que se han cometido en nombre de una hipà³crita lucha contra el terrorismo.