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Bolivia: Esperar el desgaste del “evismo”

24. February 2007

Entrevista con Felipe Quispe “El Mallku” sobre la perspectiva del gobierno de Evo Morales y las posibilidades actuales del movimiento popular revolucionario.

Septiembre 2006.- Cuando nos planteamos la posibilidad de entrevistar al Mallku [1] Felipe Quispe, de inmediato nos advirtieron que no seria fácil. Quien fuera el là­der de las movilizaciones que, desde el año 2000 enfrentaron a mas de 500.000 indà­genas con los miembros de las Fuerzas Armadas de Bolivia, ha decidido pasar a un segundo plano.

Sin embargo, su figura sigue siendo un referente para todos quienes han seguido la historia de las luchas del pueblo boliviano, y el rol protagà³nico jugado por el movimiento indà­gena. Su opinià³n tiene un peso especà­fico en la actual coyuntura polà­tica, ya que cualquier lectura que se haga del actual proceso de gobierno encabezado por Evo Morales, no puede entenderse sin dimensionar como se posicionaron los distintos actores polà­ticos y sociales en la Guerra del Gas del 2003 y las movilizaciones del 2005. El primer movimiento sacà³ al “gringo” Sanchez de Lozada del Palacio Quemado, y el segundo le puso la lápida al breve gobierno de Mesa.

Y Quispe, el jefe indà­gena y militar del Ejà©rcito Guerrillero Tupac Katari, el que pasà³ varios años en la cárcel, junto al hoy vicepresidente Alvaro Garcia Linera, aquel a quienes muchos elevaron a la estatura de Tupac Katari, Bartolina Sisa o Tupac Amaru, el Mallku que desde la ciudad del Alto organizà³ el bloqueo de la ciudad de la Paz, animando a que los indios excluidos y reprimidos bajaran a “cortar las corbatas de los blancos”, si bien ya no está en la primera là­nea de la coyuntura polà­tica, su figura, y lo que à©l representa, sigue planeando sobre el proceso que quiere llevar a cabo el Movimiento al Socialismo, MAS, y su presidente Evo Morales.
Sin temor asume sus errores, y plantea que no confà­a en quienes están hoy al mando de Bolivia. Apuesta a que las condiciones actuales cambiarán, permitiendo que quienes se encuentran actualmente marginados todavà­a tienen la oportunidad de llegar al poder.

P.- En los últimos años se ha producido un proceso de insurgencia social poderoso en Bolivia que ha sido capaz de derribar presidentes, expulsar transnacionales y abrir espacios para el desarrollo de un proceso polà­tico original como el que encabeza Evo Morales. Sin embargo, este proceso de luchas tiene raà­ces histà³ricas.

Asà­ es. Esta lucha no es reciente. No viene solo del año 2000. La lucha se inicia desde la muerte del Inca Atahualpa. Desde entonces nuestros antepasados han dirigido un movimiento grande, anticolonial. Tambià©n en la República han estado con las armas para rescatar el territorio, la tierra y el poder. Nosotros nos consideramos continuadores, seguidores de nuestros antepasados. De ahà­ que el año 2000 salimos a la luz pública con las grandes movilizaciones.

Porque en este paà­s gobierna una pequeña minorà­a colonial, que además nos ha colonizado imponià©ndonos sus leyes. Son una elite dominante que han entregado nuestras riquezas naturales a las transnacionales. Y tambià©n nos han discriminado racialmente. No nos reconocen como nacià³n indà­gena, sino que simplemente como parte de Bolivia. Nos dicen que no hay discriminacià³n, no hay lucha de clases, no hay lucha de naciones.

Nosotros lo que hemos planteado es que somos una nacià³n, una nacià³n que tenemos nuestro territorio, nuestra tierra, nuestra cultura, religià³n, las leyes, como tambià©n los hábitos y costumbres. Eso todavà­a está vivo, activo en nuestras comunidades.

P.- El movimiento Pachacutik, y usted como su dirigente principal, fueron protagonistas de los últimos levantamientos populares. Sin embargo no lograron traducir la energà­a social de esa insurgencia popular en la conquista de posiciones de poder.

El fenà³meno de Evo Morales nos ha afectado a los que hemos sido actores de esas grandes movilizaciones desde el año 2000 a 2005. Y es que ellos han trabajado con todo lo que tenà­an. Emplearon las ONG’s e incluso gobernaron junto con Carlos Mesa.

Nosotros mantuvimos en una posicià³n radical, como nos habà­amos caracterizado. Pero parece que nos equivocamos, porque la poblacià³n no supo entender nuestros planteamientos. Estábamos expresando el verdadero sentir de nuestra nacià³n indà­gena. Perdimos nuestra personalidad jurà­dica como Movimiento Indà­gena Pachakutik y las organizaciones sociales se polarizaron al lado del Evo Morales.
Hicimos grandes movilizaciones, y tuvimos que tumbar a Gonzalo Sánchez de Losada el año 2003, y luego el 2005 a Carlos Meza. Pero trabajamos para otra gente. Para Evo Morales.

Por eso los autores de ese movimiento estamos fuera de este proceso.

P.- El gobierno del MAS se plantea como una amplia alianza polà­tica y social. De hecho cuadros importantes de la direccià³n del proceso, como el vicepresidente Alvaro Garcia Linera, fueron sus compañeros de lucha, se encuentran hoy integrados al MAS.

Quizás yo no comprendà­a la lectura que hacà­a de nuestros antepasados. Ellos decà­an “el blanco es traidor”. Los antepasados decà­an “el blanco es blanco”. Es como en la India; el brahman es brahman. Desde esa perspectiva recià©n ahora puedo creer que esa era la verdad de las verdades. El blanco habà­a sido traidor.

A Alvaro Garcà­a Linera lo he conocido en el año 1984. Era un joven recià©n egresado de la Universidad de Mà©xico, de la UNAM. En ese entonces à©l se hacà­a el súper revolucionario. Venà­a a las comunidades a comer lo que comà­amos, que le hacà­a mal, pero estaba ahà­. Tenà­a un pantalà³n azul. Pura mugre. Nunca lavaba. Tenà­a unos zapatos de US$ 100, que costaba en esa à©poca, y los usaba tres o cuatro años. Nunca se cambiaba. Tenà­a una chamarra igual, sucia. à‰l querà­a trabajar en las minas.

Nosotros creamos dos alas: un ala izquierda marxista y otra ala indianista tupakatarista. Yo estaba en el ala tupakatarista indianista, y à©l estaba en el ala marxista. Se pusieron a trabajar en las minas, pero la ley 21060 [2] relocalizà³ a todos los mineros. Más de 50.000 mineros fueron dispersados por todo el paà­s y ya no se pudo continuar con el trabajo que tenà­an en las minas. Se quedaron huà©rfanos de apoyo. Entonces, en el año 1984, se replegaron a reforzar el trabajo del campo con nosotros.

En 1988 sacamos un documento polà­tico ideolà³gico en el cual planteábamos la lucha armada. Creà­amos que la lucha se podà­a realizar acá, en nuestro paà­s, y solamente con esa lucha armada se podrà­a cambiar el sistema capitalista, colonialista, racista e imperialista. Ahà­ hemos hablado de Pachamama, de Pachakutik, de tierra y territorio, de muchas cosas que se extendieron a nivel nacional.

En el año 1989 hicimos un congreso campesino para entrar de lleno a la lucha armada y decidimos pasar a la clandestinidad. Fundamos el ejà©rcito guerrillero Tupak Katari. Justo aquà­, en las faldas de la cordillera de Chacaltaya. Eramos por lo menos unos 200 hombres y mujeres con armas. Ahà­ se formaron la nacià³n aymara, la nacià³n quechua y la nacià³n boliviana.

Alvaro Garcà­a estaba en la nacià³n boliviana, con toda la gente con la que habà­a estado en las minas. Todavà­a à©l no sacaba sus garras. No se sacaba su capucha. No conocà­amos quien era à©l.

Iniciamos los años 90 con bombas, tirando tiros, recuperando recursos econà³micos para nuestra organizacià³n.

Los primeros en caer han sido ellos. Entregaron las casas de seguridad, los vehà­culos, los recursos que tenà­amos y nos dejaron sin nada. Pero mientras ellos estaban en la cárcel, volvimos a empezar de cero. Seguimos golpeando al enemigo, afectando a los medios econà³micos, haciendo propaganda para que nos conociera el pueblo. Además, ya tenà­amos lugares explorados donde à­bamos a actuar como guerrilla. El Alto Beni y aquà­ en Tioponte, y en muchos otros lugares. Incluso ya tenà­amos concentradas las armas.

Entonces como ellos habà­an caà­do, yo salà­ del Yungas para volver a organizar y articular a los cuadros militares. Fui capturado el 19 de agosto de 1992. Tenà­a 50 años. Nos encarcelaron por nuestros ideales revolucionarios, y ellos tambià©n estaban en la cárcel.

P.- ¿Quà© balance hacen de su lucha luego de los siete años en prisià³n?

Despuà©s de salir de la cárcel acá en la Ayacota ( La Paz) hay un cerro. En ese lugar, los dos discutimos con Alvaro Garcà­a. à‰l me propuso continuar con la lucha. Me decà­a “estos desgraciados se van a arrepentir de no habernos matado, vamos a continuar la lucha”. Yo aceptà© con el mayor gusto, porque yo soy más discriminado, más pobre que à©l. Porque à©l es blanco, à©l puede estar en cualquier lugar. Alvaro ya estaba trabajando como docente de la UMSA.

Hasta agosto del 2005 hemos mantenido viva nuestra querida organizacià³n. De forma clandestina, como supra organizacià³n del movimiento indà­gena Pachakutik. Incluso como supra de la Confederacià³n Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia.

En aquellos años hemos propuesto que Alvaro Garcà­a podà­a ser nuestro candidato legal a la Presidencia de la República. Pero à©l no quiso. Le propusimos ser diputado plurinominal. Pero tampoco quiso.

En la segunda reunià³n à©l traà­a una propuesta en la cual se planteaba que habà­a llegado la hora de los indios. Que tenà­amos que unirnos con Evo Morales. Para mi eso no podà­a ser. No podà­amos pactar asà­ de fácil. No puede ser la unidad por la unidad.

Entonces a mi me tocà³ viajar a Venezuela. Y mientras estaba allá en un congreso indà­gena, de pronto escucho el nombre de Alvaro Garcia como candidato a la vicepresidencia del partido MAS.
Ahà­ está la traicià³n. Nos ha traicionado. No es orgánico. No ha consultado ni como militante. Si consultà³ a los más adulones, a los más ricos.

P.- ¿Quà© lo diferencia de Evo Morales y el proyecto polà­tico masista?

Ellos son socialdemà³cratas. El MAS no es un partido revolucionario, sino que va a seguir los moldes socialdemà³cratas. Sobretodo los reformistas.
Actualmente, tenemos un presidente indà­gena, pero no estamos recibiendo lo que hemos esperado de ese hermano.

P.- ¿Cuál es la estrategia que debe seguir el movimiento indà­gena y popular dado que hoy las condiciones de lucha cambiaron con un presidente indà­gena al mando de la nacià³n?

Hay dos caminos. Uno muy amplio, muy liberal, que plantea enmarcarse en las leyes. Es el camino “democrático”. Pero pienso que por ese lado no vamos a poder cambiar el sistema capitalista e imperialista que prima en nuestro paà­s.
Hay otro camino más honesto, más revolucionario. Es el camino de la lucha comunitaria, el que tomaron nuestros grandes hombres y mujeres como Tupac Katari, Bartolina Sisa, Tupac Amaru y otros grandes. Ellos ya en aquellos tiempos se plantearon cambiar el sistema colonial.

Entonces pienso que habrá que emplear los dos brazos, un brazo democrático y otro brazo que estarà­a siempre debajo del poncho. Y ese brazo podemos sacarlo en cualquier rato para accionar contra este sistema imperante que prima en nuestro paà­s.

P.- ¿Y en lo inmediato se deben impulsar movilizaciones para lograr que el gobierno cumpla su programa y de respuesta a las demandas populares?

El gobierno de Evo Morales ha prácticamente castrado a todos los dirigentes. Creo que ya no va a haber movilizaciones. La gente del MAS nos ha minado. Han puesto sus dirigentes en todas las organizaciones sociales: en los indà­genas, en los fabriles, mineros, constructores, gremiales.

Los dirigentes son militantes del MAS, y como son militantes no pueden rebelarse contra su jefe polà­tico. De esa manera no va a funcionar ninguna movilizacià³n. Todos están amarrados como llamas. Como un perro que lo tienen amarrado. Va a ladrar pero no va a morder. Asà­ lo veo yo.

P.- ¿O sea que no se está en condiciones de impulsar la lucha por la llamada “Agenda de octubre” [3]?

Todas las movilizaciones, cualquiera que sea su estilo no van a funcionar. Cuando yo era ejecutivo de la CSUTCB, era como una piedra. Era como ese Illimani (el monte). A mà­ no me compraban. No me movà­an. Me declaraba en huelga de hambre y hacà­a llorar a los ministros, los hacà­a andar de nalgas, de rodillas. Yo decà­a “vamos a declararnos en huelga, vamos a sacar armas, vamos a bloquear” y la gente respondà­a.

Ahora no. No hay de esa calidad humana. El prefecto compra dirigentes. No va a funcionar. Ya te acordarás de lo que te digo. Un dirigente debe tener pelotas, cojones. Debe estar dispuesto a morir. Yo era de esa calidad, no me importaba mi vida. Pero ahora ya no soy dirigente.

P.- ¿Y cual debiese ser entonces la posicià³n a asumir durante este perà­odo?

Tenemos que esperar a que se desgaste, y una vez desgastado el MAS ahà­ nos va a tocar a nosotros, y vamos a meter a nuestra gente. Ya vendrán nuevas revueltas igual que el 2000, 2003 y 2005.

Si lo hacemos antes podemos quedar como “reaccionarios” y fácilmente nos pueden tildar de traidores, de que estamos aliados con las fuerzas derechistas, reaccionarias y fascistas que hacen su polà­tica aquà­.

Tenemos más bien que bajar hacia las bases. Tratando de promover a la gente. Es que necesitamos tener gente preparada, selecta. Como para tomar el poder y autogobernarnos. No tenemos que recurrir a elementos ajenos como lo hace Evo Morales. Ahà­ están los MNR, los Condepistas, comunistas, guevaristas, de todo. Eso es una mezcla que gobierna este paà­s.

Pienso que Morales no va a cambiar nada, y entonces nos tocarà­a a nosotros hacer el cambio total. Para que en nuestro paà­s no hayan más los pobres y los ricos. Para que vivamos en iguales condiciones de vida. Para que el pueblo està© feliz y contento. Porque todos debemos recibir iguales. Como se vive en la comunidad.
En nuestras comunidades no hay pobres. No hay miserables. No hay limosneros. No hay gente que roba. Allá todos trabajamos.

Ese es el pensamiento que nosotros escribimos. Ese es el ayllú comunitario. Ese es el sistema comunitarista, y ese debiese ser el modelo que vamos a implantar en nuestro paà­s.

Sà© que con el tiempo tambià©n nos va a tocar llegar al poder a los indà­genas que estamos todavà­a fuera.

P.- ¿Y mientras ese proceso va avanzando a quà© se dedica Felipe Quispe en estos dà­as?

Hoy yo estoy labrando la tierra en mi comunidad, tengo un terreno y vengo a la ciudad 2 o 3 dà­as para cumplir con el trabajo polà­tico o dar entrevistas a los medios que requieren mi opinià³n. No vivo aquà­ en la ciudad porque no tengo otro oficio que trabajar en el campo, sembrar, labrar la tierra, cuidar los animales, vivir del trabajo del campo más que nada.

Estudià© Historia en la UMSA. He acabado todas las materias, pero debo hacer la tesis de grado. El tema que me interesà³ es sobre el Congreso Indigenal de 1945, y ya tengo iniciadas una 50 hojas. Quiero que salga una tesis como una guà­a para la nueva generacià³n. Me cuesta encontrar fuentes porque los actores de esa à©poca en su mayorà­a han muerto, entonces la situacià³n es diferente.

Acá en la llamada Bolivia nosotros los indios estamos de pie, seguimos pensando, filosofando que la lucha será nuestra, mañana nosotros nos autogobernaremos como nacià³n indà­gena.

Notas

1/ El Mallku [el prà­ncipe], el hombre al que todas las naciones indias que habitan el territorio boliviano han otorgado el bastà³n de mando tradicional, hacià©ndolo su único là­der, su interlocutor verdadero
2/ El decreto 21060 fue puesto en vigencia el 29 de agosto de 1985, durante el gobierno de Và­ctor Paz Estenssoro. La medida -cuyo diseño contà³ con el apoyo del estadounidense Jeffrey Sachs- permità­a la libre contratacià³n en las empresas públicas y privadas, y la libre importacià³n de mercancà­as en el paà­s. Tuvo un altà­simo costo social, traducido en mayor desempleo y una precarizacià³n de las condiciones laborales, acompañado del colapso del sistema de pensiones.
3/ Es el pliego de peticiones que fundamentà³ la insurreccià³n de octubre del 2003, que costà³ mas de 100 muertos y centenares de heridos y que hizo escapar en helicà³ptero a Sánchez de Losada. La agenda de octubre comienza por la nacionalizacià³n- estatizacià³n de los hidrocarburos y expulsià³n de las multinacionales, y sigue por la asamblea constituyente soberana compuesta por representantes de los movimientos sociales electos en forma directa y el juicio y castigo a Sanchez de Losada y los asesinos represores de octubre. Esto además de una serie de reivindicaciones de carácter estructural y local.

Fuente: www.econoticiasbolivia.com

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