Paz para Afganistán – La resistencia contra la ocupación es legítima
Conferencia Internacional en Roma, Italia
En octubre 2001 los EE.UU. atacaron Afganistán y se inicia la ocupación de este país, con la autorización vergonzosa del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para un acto que se inscribe en la llamada guerra contra el terrorismo y la nueva cruzada anti-islámica del occidente.
El régimen de los Talibanes fue derrocado rápidamente, tanto por su enorme inferioridad militar en relación a los agresores, como también porque el pueblo estaba cansado del continuo hostigamiento por parte de los Talibanes. Después de dos décadas de sufrimiento, muchos afganos deseaban que las promesas de los agresores fuesen verdad: una esperanza que los norteamericanos lleven bienestar, paz y libertad.
Notables, intelectuales, políticos locales y la Ulema se acomodaron a la coyuntura, uniéndose a la corte del títere Karzai. Entre sus seguidores se encuentran también conocidos señores de guerra, narcotraficantes y criminales que habían cometido crímenes severos contra su propio pueblo.
Después de muy poco tiempo el pueblo de Afganistán entendía la gran trampa imperialista. Inmensas sumas de dinero entrando al país fueron malvezados por los nuevos parásitos, terminando en cuentas bancarias occidentales, en manos de ONGs y colaboradores del gobierno o en inversiones en empresas extranjeras que roban los recursos naturales del país.
Las condiciones de vida de la mayoría en Kabul y en las zonas rurales hoy es peor que antes, los soldados de las fuerzas de ocupación muestra un comportamiento arrogante y racista contra el pueblo y el gobierno de Karzai, empantanado en la corrupción, ha desmantelado los pocos derechos civiles que había concedido en sus inicios.
En estas circunstancias el pueblo afgano no ha tenido otra opción que tomar el camino de la resistencia, a pesar de su gran voluntad por la paz.
Las fuerzas de ocupación respondieron con puño de hierro contra los primeros seños de resistencia, bombardeando pueblos, asesinando personas inocentes y encarcelando miles de afganos en condiciones inhumanas. Están convencidos que puedan someter el bravo pueblo afgano por medio del terror. Pero el efecto ha sido opuesto. Año tras año la resistencia ha ganado terreno y consenso, ha aumentado su capacidad militar y así ha podido causar perdidas crecientes a las fuerzas de ocupación estadounidenses y de la OTAN así como a las tropas de Karzai.
Presos de su arrogancia, las fuerzas imperialistas responden con el único método que conocen: intensificando la guerra para derrocar la resistencia popular. De esta manera no han logrado más que desestabilizar la entera región, llevando a Pakistán al borde de la guerra civil.
Obama sigue el camino del militarista Bush, indiferente de la opinión pública en Europa y los mismos Estados Unidos. Obama sigue tres líneas de acción: primero el uso de armamento cada vez más sofisticado y mortal y el continuo aumento de la presencia de tropas; segundo el intento de división de la resistencia que es identificada con los Talibanes (tratando de reclutar y corromper a los Talibanes “buenos” y acabando con aquellos “malos”); tercero propagar la guerra hacía Pakistán so pretexto de apuntar contra bases terroristas para prepara el camino a la ocupación total.
Los agresores EE.UU./OTAN concentran sus fuerzas en el sur y Este de Afganistán que son predominantemente zonas de residencia Pashtún. Así señalan a las demás nacionalidades no-pashtún que los pashtunes son el obstáculo para la estabilidad y la reconstrucción, incentivando el odio entre las nacionalidades como ya lo hicieron en Iraq entre shiitas y sunníes.
Tenemos que rechazar esta estrategia imperialista, tenemos que oponernos a un incremento de las tropas en Afganistán a al intento de provocar una guerra civil (una estrategia aplicada exitosamente en Iraq). Es necesario afirmar que la resistencia no es terrorismo y que no son exclusivamente los Talibanes que llevan acabo la resistencia. La resistencia es una forma legítima de guerra de liberación y en Afganistán hay miles de partisanos cuya capacidad de oponerse a los ocupantes se debe al apoyo en sectores amplios de la población más allá de su nacionalidad y creencias religiosas.
Por lo tanto es necesario luchar por una solución justa del conflicto, y no puede haber solución justa hasta que todas las tropas de ocupación se habrán retirado de Afganistán y el gobierno de Karzai haya sido destituido, conquistando el pueblo afgano el derecho a decidir su propio futuro.
Alto los bombardeos y masacres contra pueblos inocentes!
Alto la tortura y la violación de los derechos humanos en la cárceles!
Libertad para todos los patriotas encarcelados!
Indemnización para todas las victimas de la ocupación y de las atrocidades cometidas por los ocupantes!
Reconocimiento para la resistencia como legítima lucha de liberación nacional!
Reconocimiento de los patriotas afganos como combatientes legítimos y no terroristas!
Retirada de las tropas estadounidenses y OTAN que ocupan Afganistán!
Castigo para G.W. Bush por crímenes de guerra!
Por el derecho a la autodeterminación para todos los pueblos oprimidos y el pueblo de Afganistán!
Por todas estas razones invitamos a todos aquellos que comparten el espíritu de este llamado a participar en la CONFERENCIA INTERNACIONAL “PAZ PARA AFGANISTÁN” que se celebrará a finales del 2010 en Roma.
Comité Promotor Internacional
Kabul-Karachi-Roma