Siria: revolución popular para evitar la guerra civil
(Preámbulo tras la matanza de Houla)
Como ha demostrado la última masacre en Houla, el Plan Annan es incapaz de detener la represión y los asesinatos. El responsable político de ello es el régimen de Assad puesto que sigue negando las legítimas reivindicaciones democráticas del pueblo sirio. Está atacando todas las expresiones políticas, incluyendo las demostraciones pacíficas, y todas la expresiones de organización popular.
Así, el régimen de Assad está llevando al país a una guerra civil sectaria. Con su merodeante milicia Shabiha está confiriendo terreno político a las fuerzas sectarias respaldadas por los Estados del Golfo que tratan de responder de la misma manera y están pidiendo una intervención militar extranjera.
La única manera de evitar el escenario de una guerra civil, que fundamentalmente favorecería a Israel, al imperialismo y a sus aliados del Golfo, es una revolución popular total en la que se impliquen todas las masas de todas las confesiones. Por consiguiente, el último movimiento de huelga que está agitando Damasco muestra el camino que potencialmente margina a las fuerzas sectarias taqfiristas respaldadas por el extranjero.
Reconocemos absolutamente el derecho a defenderse de la represión del régimen con las armas, pero seguimos creyendo que la escalada militar es en detrimento del movimiento popular de masas. No ayuda a romper la armadura sectaria del régimen, todo lo contrario. Esta armadura sigue siendo su salvaguarda primordial. Solo un movimiento popular de masas puede convencer a todos los sectores sociales y comunitarios de unirse en masa al movimiento revolucionario. Aislar y finalmente derrotar al régimen de Assad es ante todo una cuestión política y no militar, una cuestión política que significa crear un consenso lo más amplio posible entre las confesiones.
No a la intervención extranjera
No a la guerra civil
No al sectarismo
Por una revolución popular para derrocar el régimen de Assad
Moreno Pasquinelli, Wilhelm Langthaler, Carlos Varea y Santiago Alba.
Por la democracia, justicia social, paz y soberanía nacional
Solidaridad internacional con el pueblo sirio
Como personas democráticas, amantes de la paz y anticolonialistas, nos sentimos muy preocupados ante la escalada del conflicto en Siria y, especialmente, ante la creciente injerencia internacional que podría conducir a una guerra civil confesional que iría solo en detrimento de los pueblos sirio y palestino y de todos los pueblos oprimidos del planeta.
Cuando las revueltas populares árabes derrocaron a los tiranos que Occidente apoyaba en Túnez y Egipto, electrizando a las masas aplastadas a lo largo y ancho del mundo árabe, que finalmente se extendieron también a Siria, todos confiábamos en una rápida victoria del movimiento democrático.
Pero pronto se reveló que el régimen de Assad no podía ni quería responder positivamente a las legítimas demandas de libertad y justicia social del pueblo sirio. Todas las promesas acerca de ampliar derechos no fueron más que palabras al viento. La única respuesta ha sido una implacable represión que pretende ahogar en sangre el movimiento democrático. Miles de personas han muerto asesinadas, decenas de miles más resultaron heridas o arrestadas.
No obstante, el movimiento en las calles ha continuado haciendo frente de forma pacífica a las armas del régimen a pesar del inmenso desequilibrio de fuerzas.
Tarde o temprano surgieron allí unos sectores que respondieron con la fuerza de las armas. Aunque la autodefensa frente a una represión despiadada pueda ser legítima, algunas tendencias llegaron más lejos poniendo en marcha una peligrosa escalada. No se trata solo de una espiral de violencia, sino también de sectarismo y de llamamiento a una intervención extranjera, algo que solía ser tabú al comienzo del movimiento. Aunque la responsabilidad final de tal degeneración recae sobre el régimen por su negativa a satisfacer las demandas populares, esa orientación de la oposición tiene una parte de responsabilidad en el conflicto violento.
Esta situación se ha visto atizada por diversas fuerzas extranjeras a fin de favorecer sus intereses, sobre todo por los gobiernos del Golfo, Turquía y también Occidente. Por lo tanto, han estado haciendo cuanto han podido para colocar al país al borde de la guerra civil sectaria. La oposición apoyada desde el exterior se ha convertido en el hermano gemelo del régimen de Assad.
Pero la oposición democrática interna sigue aún allí, presente en las calles, manteniendo contra viento y marea sus principios originales que pueden resumirse en estos tres NO:
• No a la violencia y a la guerra civil.
• No al sectarismo.
• No a la intervención extranjera.
Como respetamos totalmente la soberanía nacional del pueblo sirio para decidir su futuro, apoyamos de todo corazón este movimiento popular por el cambio democrático: es la única fuerza capaz de conseguir una solución democrática, pacífica y antimperialista.
Dado que la creciente injerencia internacional desde diferentes partes parece ir derivando hacia una guerra civil sectaria, la oposición democrática está intentando contrarrestar esa injerencia pidiendo la solidaridad internacional. En consecuencia, apoyamos los diversos llamamientos a favor del diálogo y las negociaciones y exigimos del régimen de Assad concesiones inmediatas e importantes:
• Poniendo fin a los asesinatos y a la represión.
• Liberando a los prisioneros políticos.
• Permitiendo las manifestaciones pacíficas, la libertad de expresión y la formación de partidos.
O el régimen cede al menos parcialmente ante las demandas populares o las fuerzas democráticas podrán ampliar el consenso popular necesario para progresar hacia la revolución. En ambos escenarios, las fuerzas democráticas populares avanzarán posiciones mientras que la negativa categórica a negociar solo ayuda a Assad, a las fuerzas empeñadas en una guerra civil además de al imperialismo y al sionismo.
Finalmente, ello debería conducir a una asamblea constituyente democrática, como ya se proclamó en la “Declaración de Damasco” de 2005, precursora intelectual del actual movimiento de masas. También las revoluciones en Egipto y Túnez se han inspirado en esa demanda considerándola como estrella-guía. Antes o después, saldrán a la luz todos aquellos que despotrican de la democracia y rechazan la asamblea constituyente.
El avance pacífico hacia el cambio democrático fortalecerá enormemente la capacidad del pueblo sirio para defender su soberanía nacional. Solo el pueblo movilizado puede hacer frente al enemigo sionista e imperialista, algo que el tirano régimen árabe no fue nunca capaz de conseguir a pesar de sus vociferantes declaraciones.
Al mismo tiempo, el cambio democrático revolucionario dará un impulso masivo a la revuelta popular árabe en general, derrotando otras dictaduras apoyadas por Occidente, como es el caso de Bahréin, Yemen o Marruecos, y profundizará los ya exitosos levantamientos de Túnez y Egipto a fin de conseguir las necesarias transformaciones económicas contra los opresores globales y locales y a favor de las masas populares que luchan por conseguir más justicia social e igualdad.
Por último, si bien no menos importante, una revolución siria que logre conjurar el abuso exterior y la guerra civil sectaria contribuirá enormemente al debilitamiento de la influencia y predominio imperialista en la región y, finalmente, en el mundo entero. Todos los que luchan contra la oligarquía global dominante están también por interés propio al lado de la revolución democrática y pacífica siria.
Por consiguiente, estamos intentando constituir una delegación de solidaridad internacional con el pueblo sirio para expresar nuestro apoyo a un cambio democrático desde dentro, que incluya el diálogo y las negociaciones. Es muy importante para nosotros/as mostrarle específicamente al pueblo sirio que no solo existe esa supuesta comunidad internacional dirigida por las potencias neocoloniales de Occidente y sus marionetas árabes que quieren debilitar una Siria que sea realmente independiente, colocarla de nuevo bajo su control total y por tanto exponerla también a una espantosa guerra civil sectaria. Ellos quieren ayudar a Israel mientras que nosotros queremos ensanchar y profundizar la lucha global contra el sionismo. Al mismo tiempo, queremos también fortalecer la conciencia de los pueblos del mundo y que comprendan que el movimiento popular no es un apéndice de Occidente al estilo de las revoluciones “de colores” sino que existe una rama poderosamente independiente y democrática, multiconfesional y antimperialista que quiere prestarles su voz visitándoles.
First endorses (primeros firmantes):
• Leo Gabriel, journalist, social anthropologist and member of the International Council of the World Social Forum, Vienna, Austria
• Moreno Pasquinelli, Anti-imperialist Camp, Assisi, Italy
• Carlos Varea González, university professor, Spain.
• Santiago Alba Rico, Spanish writer, resident in Tunis, Tunisia
• Franz Fischer, Palestine activist and CC member of the Labour Party of Switzerland, Basel
• Thomas Zmrzly, spokesman of “Initiativ e.V.”, Duisburg, Germany
• Mustafa Ilhan, journalist, Kurdish activist, Aachen, Germany
• Wilhelm Langthaler, Anti-imperialist Camp, Vienna, Austria
• Mohamed Aburous, Austrian Arab Cultural Centre (OKAZ), Vienna, Austria
• Qais Abdalla, Iraqi activist, Vienna, Austria
• Imad Garbaya, Tunisian House Austria
• Leonardo Mazzei, editor of the website www.antimperialista.it, Lucca, Italy
• Nasir Loyand, foreign relations responsible of the Left Radical of Afghanistan (LRA), Jallallabad
• Atilio A. Boron, political scientist, Buenos Aires, Argentina
• Carlos Taibo, writer, publisher and professor of Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, Spain
• Carlos Fernández Liria, writer and professor of Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, Madrid, Spain
• Gilberto López y Rivas, research professor at the Instituto Nacional de Antropología e Historia, Cuernavaca, Morelos, Mexico
• Luis Alegre Zahonero, profesor de la facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, Madrid, Spain
• Teresa Aranguren, journalist and writer, Madrid, Spain
• Juan Carlos Monedero Fernández, profesor, Departamento de Ciencia Política y de la Administración II Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Campus Complutense de Somosaguas, Madrid, Spain
• Jorge Riechmann, poet writer and titulary professor de Filosofía Moral Departamento de Filosofía UAM, Madrid, Spain
• Javier Sádaba, philosopher, Catedrático de Ética y Filosofía de la Religión en la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona, Spain
• Ignacio Gutierrez de Terán, arabist, professor de la UAM, Madrid, Spain
• Jaime Pastor, profesor en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
• Samah Idriss, writer and editor, Beirut, Lebanon
• Sara Hassan, Egyptian activist, Amnesty International, Vienna, Austria
• Gernot Bodner, Agro-physician, docent at the University of Natural Resources and Life Sciences, Vienna, Austria
• Fouad Ibrahim, democratic oppositionist from Saudi Arabia, London, England
• Said Shihabi, leader of the “Movement Free Bahrain”, London, England
• Anton Stengl, publisher and translator, Munich, Germany
• Zouhaier Maghzaoui, Popular Movememnt, Tunisia
• Wolfgang Gombocz, retired University Professor, Graz University, resp. Corresponding Member of the Academy of Sciences and Arts in Ljubljana, Slovenia, Graz, Austria
• Chihab Krainem, student at the university of Vienna with Tunisian background, Austria
From Syria:
• Haytham Manna, spokesman of the National Coordination Body for Democratic Change (NBC)
• Michel Kilo, senior democratic activist
• Ayham Haddad, MD, activist